Gracias al Barceló Bávaro Palace Deluxe pudimos disfrutar de una lujosa estancia en el Caribe. Es un hotel de diez. Un hotel con amplias suites y amplias Junior Suites equipadas con la más moderna tecnología. Tanto mi chico como servidora pudimos trabajar como si estuviéramos en nuestras respectivas oficinas, incluso mejor. La conexión wi fi no fallaba como falla en mi oficina cuando se le ocurre tomar vida propia.
Yo pasé horas en el jacuzzi privado en la terraza. No me importó el precio. Pagaba mi chico y había que disfrutar su dinero en los lujos de este hotel que os recomiendo para unas vacaciones de lujo en familia en el precioso Caribe.
Desde nuestra habitación había unas maravillosas vistas al mar Caribe. El Caribe es como un lago. Miras al mar y piensas en la felicidad. No te acuerdas ni de tus hijas, de las preciosas niñas que has dejado al cuidado de sus abuelas al otro lado del charco.
Este hotel está en primera línea de una de las diez mejores playas del mundo, una playa con dos kilómetros de fina arena y aguas azul turquesa. Es una playa protegida por un arecife de coral. Por eso ves las aguas tan quietas. También está protegida por seguridad privada. No temas que te roben tus pertenencias mientras nadas. Yo temía los tiburones, pero en la recepción del hotel me dijeron que podía nadar tranquila. No había ningún bicho peligroso en la playa escondido debajo del mar.
El Barceló Bávaro Palace Deluxe es el paraíso. Es una pena que no admitan niños. Me hubiera gustado poder llevar a mis hijas. La habitación era tan grande que cabríamos todos. Teníamos una cama de matrimonio enorme y una cama auxiliar casi tan grande. El escritorio era grande. Me recordó esos escritorios antiguos de los abogados en las películas. Teníamos un buen televisor de plasma, una terraza, un minibar bien surtido y un aire acondicionado que salía de un ventilador de techo que espantaba los mosquitos. Yo temía tener una epidemia de insectos en mi cuarto, pero no había ni un mosquito. Estaba todo muy limpio.