Mi marido tuvo que viajar por negocios a Edimburgo y decidí acompañarlo para disfrutar de unos días en esta hermosa ciudad escocesa. Nos hospedamos en el Stay Central Hotel, un lugar que nos sorprendió gratamente desde el momento en que entramos por la puerta.
Al llegar al hotel, nos recibió un amable personal que nos ayudó con nuestras maletas y nos dio la bienvenida con una sonrisa. La recepción estaba decorada de forma moderna y acogedora, con detalles elegantes que le daban un toque sofisticado al ambiente.
Nuestra habitación era amplia y luminosa, con una cama grande y cómoda que invitaba al descanso. La decoración era sencilla pero elegante, con tonos neutros y detalles en madera que le daban un aire acogedor al espacio. Teníamos una pequeña zona de estar con un sofá y una mesa, perfecta para relajarnos después de un día de trabajo y turismo.
El baño también era espacioso y estaba impecablemente limpio, con una ducha de agua caliente y presión perfecta que era justo lo que necesitábamos después de un largo día. Además, el hotel proporcionaba amenities de calidad, como champú, acondicionador y gel de baño, así como suaves toallas y batas para mayor comodidad.
Una de las cosas que más me gustó del Stay Central Hotel fue su atención al detalle. En la habitación encontramos una bandeja con té, café y galletas, así como una botella de agua de cortesía. También teníamos acceso a wifi gratuito en todo el hotel, lo cual fue muy útil para poder trabajar desde la habitación.
En cuanto a las zonas comunes del hotel, quedamos impresionados por su diseño moderno y acogedor. El bar del hotel era un lugar perfecto para relajarse con una copa después de un día ajetreado, mientras que el restaurante ofrecía deliciosas opciones para desayunar o cenar. También había una sala de juegos con billar y futbolín, ideal para pasar un rato divertido en compañía.
En cuanto a los extras que había que pagar en el hotel, encontramos que el desayuno no estaba incluido en el precio de la habitación. Sin embargo, decidimos probarlo y quedamos encantados con la variedad y calidad de los alimentos ofrecidos. Había opciones tanto dulces como saladas, desde croissants recién horneados hasta huevos revueltos y bacon crujiente. Sin duda valió la pena pagar un poco más por este extra.
La ubicación del Stay Central Hotel también fue otro punto a favor. Estaba situado en pleno centro de Edimburgo, a pocos minutos a pie de las principales atracciones turísticas como el Castillo de Edimburgo o la Royal Mile. Además, había numerosos restaurantes, tiendas y bares en los alrededores, lo cual hacía muy conveniente salir a explorar la ciudad sin tener que desplazarnos demasiado lejos.
En resumen, mi experiencia en el Stay Central Hotel fue excelente. Desde la amabilidad del personal hasta la comodidad de la habitación y las instalaciones del hotel, todo estuvo a la altura de nuestras expectativas. Sin duda recomendaría este lugar a cualquier persona que visite Edimburgo ya sea por negocios o por placer. Definitivamente volveremos en nuestro próximo viaje a la capital de Escocia a este coqueto hotel.