El monje que vendió su ferrari es un libro que me atrapó desde sus primeras páginas.
Tenemos dos protagonistas. Por un lado un exitoso abogado al que le sonríe la vida y no le fatan ni compañía ni bienes materiales, entre los que cuenta con un fabuloso ferrari. Pero su matrimonio fracasa y él se hunde. Llega la enfermedad y la depresión para este cincuentón que se llama Julián.
El otro protagonista es también abogado y en el pasado trabajó con el primer protagonista. Este hombre cambió su vida. Se fue a la India y vendió todos sus bienes, incluido el ferrari. Allí su vida cambia. Junto a los monjes tibetanos aprende disciplina, a controlarse.
Los dos abogados se encuentran y conversan. El abogado que cambió de vida le cuenta a su compañero de antaño como su vida ganó en tranquilidad cuando decidió dejarlo todo. Ahora vive en paz, es feliz, está sereno.
Este libro de Sharma es un buen libro de autoayuda para aprender a autocontrolarte, a ser disciplinada. A mí me fue de gran ayuda. Muchas de las ideas que recoge e sus páginas las he aplicado a mi vida. Son ideas sencillas que te pueden servir para salir de esos pequeños atolladeros vitales en los que todos nos vemos alguna que otra vez.
Pero no es un libro que se encuentre entre mis libros favoritos de autoayuda. Un poco sí me defraudó. Esperaba encontrar una historia más original.
No es un libro complicado de leer. Es sencillo y se te va de las manos. Sólo tiene 224 páginas.
Se trata de un libro que acabas en una tarde. Yo no necesité más tiempo. Te hace reflexionar con una historia que entretiene sin enganchar.
Es una fábula más de autoayuda, pero no para seguir tan al pie de la letra como otras fábulas similares. Lo que te cuenta es un caso muy extremo. La serenidad también la puedes conseguir sin prescindir de todos tus bienes materiales.