En efectio, señoras y señores, les presento la mejor película de 2007, una obra maestra de la factoría Pixar (¿y cuántas van?) ganadora del Oscar a la mejor Película de Animación pero nominada también a Guión Original, Banda Sonora y Sonido. El director de esta joya es Brad Bird, responsable de otra maravilla como es "Los Increíbles", autor también de su magnífico guión.
La historia nos presenta a Remy, una rata cuya mayor aspiración en la vida es convertirse en el mejor chef de Paris y a Alfredo, un patoso y entrañable joven hijo ilegítimo del famoso fallecido chef Gusteau y que irá a parar a trabajar como recogedor de la basura en el restaurante de éste. La rata es un excelente cocinero pero... es una rata. Y el muchacho es bastante torpe y le gusta una de las cocineras del restaurante a la que trata de impresionar pero... no sabe cocinar. Los dos unirán sus destinos dando lugar a una entrañable historia con un profundo mensaje final que quizás los más pequeños no sabrán captar.
La película tiene momentos relajados y otros de más acción, momentos con brillantes gags cómicos (sobre todo de humor físico) y otros más serios, algunas partes serán atractivas para los más pequeños y otros momentos sólo los entenderán los más mayores, pero todo ello se mezcla dando lugar a una combinación perfecta.
El guión es brillante, y la música afrancesada del genial Michael Giacchino complementa de forma perfecta a las bellas imágenes, fruto de una animación por ordenador cuyo detallismo es visualmente impresionante. Atención especial merece la comida, de un realismo y un buen ver que apetece comérsela ;-)
Pero si hay algo que hace especial a esta película, son los últimos 20 minutos. Señoras y señores, esta última parte del filme es CINE con mayúsculas, el desenlace final con el crítico Anton Ego es magistral, su discurso es memorable y, sobre todo, no es nada predecible.
En definitiva, una gran película de obligada visión para cualquiera que se precie de amar el cine, una auténtica joya en medio de la tendencia palomitera y superheroica del Hollywood de los últimos tiempos, una bellísima historia increíblemente cuidada y, sobre todo, un guión digno de las más selectas alabanzas.
Resumiendo, un PELICULÓN.