El frío modifica la trayectoria de los peces nos transporta a la Navidad de 1998 en Quebec. Un niño de once años, cuyo nombre no llegaremos a saber con la lectura, nos cuenta cómo ve la vida a su alrededor tras el anuncio de separación de sus padres, Anne y Martin.
Los otros personajes de los que nos habla el niño son sus vecinos, que sólo se conocen de vista: Julie, una bailarina de striptease; Alexis, un alcohólico racista y homófobo, que vive con su hijo Alex (el mejor amigo del niño) y al que su mujer ha abandonado; Simon y Michael, una pareja de gays que ocultan su homosexualidad fingiendo ser hermanos y un científico ruso llamado Boris que prepara su doctorado en Matemáticas y se dedica a investigar las trayectorias de los peces.
Una helada de proporciones descomunales obliga a todos a reunirse en la única casa que queda con luz para pasar la Navidad...
**Crítica personal**
Me ha gustado especialmente la primera mitad del libro, donde suceden las situaciones más ocurrentes y donde se presentan unos personajes no demasiado profundos, pero muy humanos y con los que me he identificado.
La segunda mitad de la novela, sin embargo, me ha resultado demasiado sencilla y previsible, diría que incluso "pueril". Esta segunda parte destila positivismo a raudales, pero tanto buenrrollismo parece más propio de una novela destinada al público juvenil.
Conclusión: Un libro tremendamente positivo que te hace sonreir.