La concertista de violín Ane Larrazábal aparece estrangulada en la sala del coro del Auditorio Nacional de Madrid, después de haber interpretado el Capricho nº 24 de Paganini. El asesino ha escrito en su pecho, con sangre de la propia víctima, la palabra "Iblis" , que significa "diablo" en árabe. Su instrumento, un violín Stradivarius muy valioso, ha desaparecido misteriosamente. Raúl Perdomo, uno de los investigadores más hábiles de la policía, es el encargado de descubrir la identidad del asesino...
El violín del diablo comienza contando las últimas horas de vida de Ane Larrazábal que no muere hasta el capítulo cinco. Esos primeros cinco capítulos se me hicieron lentos y pesados pero, a partir de ahí, comienza una buena historia, repleta de tensión y misterio que logra mantener el suspense hasta un final que tampoco me seduce mucho.
Lo mejor de la novela: La presencia de la música en la historia aunque quizá este punto la convierta en una novela más limitada a los melómanos.
Lo peor de la novela: Unos personajes demasiado planos, el uso incorrecto de los guiones en los diálogos y el abuso de anglicismos.
Conclusión: Una novela entretenida, aunque ni mucho menos redonda.