Un guionista norteamericano algo bohemio llega con su prometida y los padres de ésta a París. Mientras recorre las calles parisinas soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer (F. Scott Fitzgerald, Hemingway, Picasso, Dalí, Luis Buñuel...).
En Midnight in Paris, hemos recuperado al mejor Woody Allen para mi gusto, el de La rosa púrpura de El Cairo. Con una mezcla increíble de realidad y ficción nos ofrece una visión cautivadora de París, ciudad donde el protagonista, Gil Pender, recorre sus calles, las orillas del Sena, sus mercadillos, etc...
El nuevo alter ego de Allen, Owen Wilson, hace su mejor interpretación en la gran pantalla hasta la fecha (acostumbrados como nos tenía a las comedias insustanciales de siempre…)
Conclusión: Todo un alegato al Carpe Diem y una película que me parece una pequeña joya, aunque sólo sea por ver en pantalla a la fascinante Marion Cotillard, la sonrisa de Owen Wilson ó gozar del diseño de vestuario, de la banda sonora jazzística y swinguera y de la recreación del París del siglo XX.