Esto puede ser considerado como la grabadora del siglo XXI, porque a la función normal de una grabadora, debemos añadir que además graba lo que escribamos con éste singular bolígrafo.
Su funcionamiento es muy simple, pero requiere de un bloc especial que se vende junto con el bolígrafo, que posee tres símbolos en la zona inferior que se corresponden con los normales de un casete de toda la vida, grabar o rec, play o reproducción y stop o parada.
Dicho esto ponerlo a grabar es tan fácil como darle a la tecla rec y play para reproducir lo grabado y en ambos casos utilizaremos la tecla stop para detener la grabación o la reproducción. Lo dicho, muy sencillo.
Cuando compramos nuestro bolígrafo, viene acompañado de unos auriculares, un cuaderno tipo cuartilla, un portafolio de cuero negro, un cable USB, dos recambios de tinta y el software correspondiente.
La apariencia tanto del bolígrafo como de todo el material que lo acompaña, es de solidez, que no es sinónimo de irrompible, y aunque no requiere de unos cuidados especiales, si que es conveniente leerse su guía y tener en cuenta las correspondientes advertencias, que no difieren apenas de las habituales para cualquier otro aparato informático o electrónico que podamos tener en nuestro hogar.
Problema que le encuentro al invento, pues el de cualquier grabadora, que la calidad de la grabación dependerá de la distancia a la que nos encontremos del orador, tono de voz de éste y ruido del ambiente, siendo recomendable su uso de modo personal y en un lugar sin demasiados ruidos.
Otro de los inconvenientes con que contamos, es que si bien su transporte podría ser tan simple como el de cualquier otro bolígrafo, en este caso, para su funcionamiento es necesario que esté siempre acompañado de una de sus libretas, lo que puede suponer una molestia en determinados momentos.
Tampoco su precio es demasiado atractivo, pues los 180 euros aproximadamente que cuesta su versión más modesta de 2 GB, no lo hacen nada apetecible ni competitivo con las grabadoras convencionales, pues podemos encontrar algunas bastante apañadas por un tercio de su valor.
Otro lastre a la hora de comprar este invento, es que sus libretas no son tampoco nada baratas, pues cuestan en torno a los 18 euros, las de bolsillo, y las más grandes duplican fácilmente esta cantidad.
Tampoco colaboran las barritas de recambio de este bolígrafo inteligente, pues las cinco barritas llegan a alcanzar los ocho euros.
Por tanto, sólo lo recomiendo para aquellos que le vayan a dar un uso intensivo, con carácter profesional o universitario, y que además el destinatario tenga ese puntito friky, tan necesario para disfrutar de estos inventos tecnológicos.