El Intercontinental de Madrid es un hotel muy bien comunicado pro metro, de habitaciones espaciosas, personal atento y comida excelente.
Puedes ir andando hasta la calle Serrano y fundir la tarjeta en todas sus tiendas.
Pero no te hace falta salir del hotel para dejar la Visa temblando. No es un hotel nada barato, al contrario.
Tienen detalles como la botella de agua que te dejan en la habitación, algún cupón de descuento, desayuno tipo buffet en el precio de la estancia. Las dos noches nos salieron por 250 euros. Una pasta.
Yo cuando estoy de viaje por trabajo suelo alojarme en hoteles más baratos.
En el hotel hay muchos extranjeros, gente con pasta. Oyes hablar más en inglés que en español.
El personal es de lo más amable que te puedas imaginar. Se ofrecieron hasta a abrirme un botellín de agua cuando me vieron peleando con el tapón en la entrada. Eran unos cielos.
No debes perderte la comida especial que hacen los domingos en su restaurante. Sirven desde shusi hasta platos de caza. ¡Y tienen un cocinero japonés de verdad!
De la habitación que nos tocó no tengo queja. Cuando entramos teníamos una bienvenida muy especial que consistía en una cesta de fruta de temporada con una botella de agua más la tarjeta correspondiente. En el cuarto de baño teníamos a nuestra disposición dos albornoces. La habitación era amplia, igual que el cuarto de baño. No pasamos estrecheces de espacio.
Me gustó la decoración clásica con algún toque moderno de las distintas estancias. En el Intercontinental te sientes como una princesa.