El Gran Hotel Luna de Granada está muy bien ubicado para ir de turismo. A unos diez minutos tienes la Universidad, cerquita está El Corte Inglés, puedes ir de tapas por la zona,... También puedes acercarte al centro de la ciudad andando en unos veinte minutos, sin prisas y sin pausas. La alternativa a la caminata es recurrir al bus urbano o a los taxis.
No me gustó nada su exterior. Los arquitectos no se esmeraron a la hora de diseñar una fachada atractiva. Más que la fachada de un hotel parece la fachada de un edificio de barrio de los años 70.
Los mismos tonos marrones de la fachada estaban presentes en la decoración de nuestra habitación, situada en la tercera planta del edificio. No era un cuarto grande ni pequeño. El televisor funcionaba bien. Cogías sin problemas todas las cadenas. Más moderno que la habitación era el baño. La decoración clásica de la habitación contrastaba con un cuarto de baño con sanitarios de última moda, azulejos con aspecto de estar recién puestos y un buen kit de aseo.
Los ascensores iban como un coche de rally. Muy rápidos. Cosa que se agradece cuando te alojas en un establecimiento hotelero muy concurrido.
Me gustó el bar del hotel. Era muy acogedor. Casi parecía más un bar de barrio que el bar de un hotel de zona turística.
El entorno del hotel no es del otro mundo. Parece que estás en un barrio. Tienes El Corte Inglés justo enfrente, mucho tráfico, pocas zonas verdes. No me gustó.
El personal fue amable y eficiente. No tengo queja de ello. El hotel estaba limpio, tanto la habitación, el cuarto de baño como las zonas comunes. No me gustó que el acceso a Internet fuera de pago. Lo menos que pueden hacer por un cliente es ofrecerte una conexión gratuita, creo yo.