Hola,
Quiero hablaros del balneario Solán de Cabras, situado en Cuenca y cuyo nombre puede resultaros familiar por ser de donde procede el agua embotellada "Solán de Cabras". De hecho, junto al propio balneario se encuentra la planta embotelladora.
Y pese al nombre tan famoso, tengo que decir que la experiencia fue bastante mala. Fui con mi pareja este verano y nos alojamos en los apartamentos. El paraje es increíblemente bonito, rodeado de naturaleza de una belleza y tranquilidad dignas de mención, pero las instalaciones dejan mucho que desear.
En primer lugar, los apartamentos no son nada del otro mundo y tienen un aspecto bastante "cutre", da sensación de "escasez" o de "tacañería". Además, podía oírse un poco el ruido de la planta embotelladora. La televisión que teníamos a nuestra disposición apenas cogía señal, se veía francamente mal. Esto no podrá parecer importante, porque al fin y al cabo a un sitio de estos se va a desconectar, pero es un detalle más.
La cocina es bastante espartana, no tenía ni un triste microondas, electrodoméstico no muy caro pero de gran ayuda, sobre todo en vacaciones cuando una de las últimas cosas que te apetece es pasarte mucho tiempo en la cocina. Por las noches, en la cama, las mantas picaban, estaban hechas de algún material sintético, y la verdad es que en el balneario nos decían que teníamos los brazos enrojecidos: normal, era difícil no rascarse.
Otro detalle es que no había ascensor, ¿qué pasa si voy en silla de ruedas? La comida del restaurante era bastante poco apetecible, muy escasa y demasiado cara, se nota que se aprovechaban de que el balneario está aislado de la población y o comes ahí o te preparas tu propia comida en la super-cocina de su apartamento.
Además, parecían tener problemas de saturación, se les veía un tanto desbordados, pero no por la abundancia de visitantes, sino por la escasez de personal. Además, el pueblo más cercano está a unos 3 kilómetros, y sólo tiene un supermercado pequeñín que no sirve para gran cosa.
En definitiva, está bien para visitar de forma puntual y para hacer excursiones, pero no para pasar allí varios días. Los de Solán de Cabras van sobrados con el agua y los zumos embotellados, porque el resto es bastante cutre y demás caro.