El hotel donde reina la moqueta
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Scarlett2000
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Acerca de:Hotel Royal National [Londres]
Ventajas:lo dicho
Desventajas:lo dicho
El Royal National Hotel [Londres] está próximo a la estación de metro de Russel Square, donde encuentras líneas que te llevan a todos los sitios que resultan de interés par aun turista.
Me sorprendió que nadie hablara español en la recepción. Eran amables, pero como no supieras algo de inglés te resultaba difícil hacerte entender.
Mi segunda desilusión se produjo al llegar a la habitación. Me esperaba un cuarto más grande porque me habían dicho que tenía tres camas. Era raquítico. Les pedí que nos quitaran la tercera cama y, aun así, no andábamos sobrados de espacio. Teníamos un televisor corriente, un armario y una tetera que no utilizamos porque su aspecto no me gustó nada. Además yo soy de café. El té que me lo quieten, por favor.
La limpieza dejaba bastante que desear. Los suelos de moqueta necesitaban un fregado con amoníaco . No sé qué hacía una biblia encima de una mesa. La guía de teléfonos sí que nos vino bien para hacer una reserva en un restaurante que encontramos en ella.
Pasamos de desayunar en el hotel nada más saber que había que pagar un extra por un desayuno, que según nos contaron otros huéspedes, dejaba mucho que desear pese a ser continental.
Lo peor vino de noche cuando nos acostamos. Empecé a notar un muelle del colchón debajo de mi espalda y acabé durmiendo sobre la alfombra sin almohada, por supuesto. Yo no aguanto una almohada dura ni de broma.
Más que un hotel me pareció una pensión. Hasta la decoración era de pensión: fotografías enmarcadas en las paredes, paredes blancas, colchas de saldo, moqueta por todas partes, hasta en los ascensores y extras a pagar por todo.
Me sorprendió que nadie hablara español en la recepción. Eran amables, pero como no supieras algo de inglés te resultaba difícil hacerte entender.
Mi segunda desilusión se produjo al llegar a la habitación. Me esperaba un cuarto más grande porque me habían dicho que tenía tres camas. Era raquítico. Les pedí que nos quitaran la tercera cama y, aun así, no andábamos sobrados de espacio. Teníamos un televisor corriente, un armario y una tetera que no utilizamos porque su aspecto no me gustó nada. Además yo soy de café. El té que me lo quieten, por favor.
La limpieza dejaba bastante que desear. Los suelos de moqueta necesitaban un fregado con amoníaco . No sé qué hacía una biblia encima de una mesa. La guía de teléfonos sí que nos vino bien para hacer una reserva en un restaurante que encontramos en ella.
Pasamos de desayunar en el hotel nada más saber que había que pagar un extra por un desayuno, que según nos contaron otros huéspedes, dejaba mucho que desear pese a ser continental.
Lo peor vino de noche cuando nos acostamos. Empecé a notar un muelle del colchón debajo de mi espalda y acabé durmiendo sobre la alfombra sin almohada, por supuesto. Yo no aguanto una almohada dura ni de broma.
Más que un hotel me pareció una pensión. Hasta la decoración era de pensión: fotografías enmarcadas en las paredes, paredes blancas, colchas de saldo, moqueta por todas partes, hasta en los ascensores y extras a pagar por todo.
Fecha:08:07:14 27/10/10
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
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