El Residencial Horizonte tiene una ubicación bastante adecuada para hacer turismo en Lisboa. Está en la calle Augusto Aguiar, una calle muy bien comunicada por metro y autobús con el resto de la ciudad.
Es un hotel tranquilo, sin excesivos ruidos. Ni siquiera se oyen mucho los ruidos de los aviones que se escuchan en toda la ciudad.
Se trata de un tres estrellas más bien pequeño. Sólo tiene 53 habitaciones. El resto del edificio tiene oficinas y despachos profesionales.
A nosotrosa habitación de la planta octava. Las vistas eran preciosas. Era un cuarto espacioso, de decoración sencilla, nada recargada. La limpieza era más que correcta. Había cambio de sábanas y toallas a diario.
Me defraudó que en vez de una cama de matrimonio tuviéramos dos camas pegadas. Menos mal que eran cómodas y dormimos como dos benditos.
No pasamos frío, pese a que las temperaturas ya eran otoñales. Además de la manta y la colcha, teníamos un par de mantas a mayores.
El cuarto de baño tenía una ducha y bañera, dos en uno, bastante pequeña. Dos personas no cabían dentro. Nos olvidamos del baño conjunto para no matarnos. Allí había que ducharse uno a uno. Encima la ducha estaba fija en el techo, no la podías mover según tus necesidades.
Me llamó la atención encontrar en el cuarto de baño un líquido para limpiar los zapatos. Una no espera enccontrar más que el kit de aseo.
El desayuno iba incluido en el precio. Te lo llevaban a la habitación sin pagar extra por ello. Nosotros preferimos bajar a desayunar.
Además del buffet para todos, podías pedir un desayuno distinto. Esto suponía pagar un extra de unos cuatro euros.
Nosotros nos conformamos con lo que había en el buffet. Huevos revueltos, salchhas, café, infusiones, zumos, mermeladas,... No pasabas hambre. Los zumos eran de cartón.
La recepción es pequeña, pero siempre la tienen atendida. Son amables. Te informan sobre los sitios que dar y tienen folletos turísticos de la ciudad.
También el bar que estaba en la primera planta era minúsculo. Como mucho tendría unas cinco mesas.
Es un hotel que está muy bien comunicado con el aeropuerto, que está a sólo siete kilómetros de distancia.