La principal ventaja que le encontré al Hotel Isla Bella de Cantabria fue que dispone de un parking gratuito. Principal y única. Lo demás son desventajas.
Yo puedo aceptar una decoración antigua, pero espero, al menos, que los muebles, alfombras y ropa de cama estén en buenas condiciones. Allí todo era viejo a más no poder.
Habitación amplia y parking gratuito esas eran las ventajas. Lo demás...
Ni siquiera la comida era aceptable. Se come mejor en el bar que hay en mi calle. Te servían un menú basado en mucha pasta, pero mal cocinada. En mi vida había comido unos macarrones peores. Acabamos comiendo y desayunando fuera.
Dormir en aquel cuarto que nos tocó también era casi imposible. Sólo con mirar la alfombra, que había conocido tiempos mejores, se te quitaba el sueño. La colcha la quitamos porque parecía una reliquia del pasado.
Pero lo peor estaba en el cuarto de baño. Grifería vieja, bañera antigua, azulejos mal limpios. Esa era otra: la limpieza. Brillaba por su ausencia. Le dijimos que limpiaran mejor nuestra habitación y ni caso.
No recomiendo este hotel.