Me encanta Sephora. Allí tienen además de la marca propia otras marcas cosméticas muy de mi agrado, como Yes to Carrots y CARGO. Por ello procuro no ir muy a menudo y cuando lo hago ya tengo en mente lo que voy a comprar.
Sephora es una cadena de tiendas de cosméticos que aún no está muy extendida, y tiene la exclusiva de numerosas casas. En mi ciudad está vinculada a El Corte Inglés, no sé si es así en todos los lados.
El caso es que, como compradora en esa tienda, acepté hacerme la tarjeta de fidelidad gratuita de Sephora.
Cuando te la haces, estás durante un mes o dos con un cartón provisional con tu nombre y tu número, donde se van acumulando los puntos, tal y como explicaré más adelante. Después llega por correo la tarjeta negra acharolada con el logo Sephora en blanco, con formato de tarjeta de crédito.
Debe presentarse en cada compra para disfrutar de sus ventajas, y más si se quiere tener derecho a ofertas y regalos. Sí, por tener la tarjeta te hacen regalos, por ejemplo por mi cumpleaños me han regalado una mascarilla hidratante monodosis, de estas que vienen con un paño impregnado. También hay ocasiones en que durante tres días con la tarjeta de cliente y un sms o un cupón que recibes porque tienen guardados tus datos se puede disfrutar de un 20% de descuento. Lástima que me quede tan a desmano, no siempre puedo acercarme en esos días a recargar existencias de mis productos habituales de esa casa.
Por lo demás, la tarjeta funciona por puntos. Por cada euro de compra se va anotando automáticamente al escanearla un punto, y al alcanzar la cantidad creo que de 150 se disfruta de un descuento del 10% durante todo un día, para todas las veces que se desee en ese día. Pues se me ha olvidado comentar que los cupones, sms, etc sólo sirven para una compra.
Al crearse la tarjeta regalan ya 25 puntos y por ejemplo, con ocasión del cumpleaños me daban el doble de puntos por compra, una única compra a disfrutar durante dos meses. Resulta un buen momento para hacer acopio de existencias, sin agobiarse ni volverse loco.
No obstante yo no miro los puntos, voy cuando necesito o quiero algo, como he dicho con la lista hecha en la mente, y de repente un día sin enterarme me llega el descuento del 10% para disfrutar durante un mes o así.
Es una pena que yo sea de tener más amigos que amigas y que mis amigas aficionadas a la cosmética justo vivan en otras ciudades, porque sino podríamos aprovechar los descuentos más a menudo y, con la excusa de la compra ( debería comprar la dueña de la tarjeta, pues es personal e intransferible ) pasar la tarde juntas. Qué se le va a hacer.
El caso es que, al ser gratuita al 100% y no tener fecha de caducidad, es aconsejable hacerla aunque no seamos muy aficionados a comprar en las tiendas Sephora. Total, no sé los demás, pero yo ya llevo la cartera a reventar de tarjetas de fidelidad, carnets varios, etc y por uno más ni me inmuto.