La Crema por Excelencia
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mano5chi
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Acerca de:Nivea Crema
Ventajas:Hidrata mi piel a la perfección
Desventajas:Tal vez resulte demasiado grasienta
Existen marcas tan aplastantemente populares que han pasado al lenguaje coloquial para denominar, de forma genérica, a ciertos productos en sí, con independencia de que haya otras marcas que ofrezcan el mismo producto. Parece complicado, pero lo entenderéis enseguida.
Todos tenemos en la cabeza el hecho de que podemos elegir entre varias marcas de pan de molde, pero la mayoría de nosotros lo llamamos pan Bimbo. Cuando queremos comprar a nuestros hijos un caramelo con palo, pedimos un Chupa Chups. ¿Y quién es capaz, a las primeras de cambio, de romper la asociación entre los términos “refresco de cola” y “Coca-Cola”? Estamos de acuerdo con que los de Pepsi también tienen derecho a comer, pero los automatismos son los automatismos.
Por todo lo anterior, estoy convencido de que, si no fuera por la brutal especialización, refinamiento y competencia que ha habido dentro de la industria cosmética en los últimos años, hoy por hoy, todo aquel que se pusiera a charlar con sus amigos acerca de cremas hidratantes, utilizaría incansablemente la etiqueta inespecífica “Nivea”.
Porque, al fin y al cabo, la compañía alemana Nivea, fundada por los señores Beiersdorf, Troplowitz y Unna hace 129 años, ostenta con orgullo el mérito de haber inventado la primera crema hidratante de la era moderna. La archiconocida Nivea Creme.
Este producto se comercializa en varios tamaños, desde la medida extra pequeña (ideal para llevárnosla de viaje) de 30 mililitros hasta la ración extra grande de 400. Casi medio litro de crema, sí, habéis leído bien.
El envase, que no ha variado un ápice en los últimos seiscientos o setecientos años, resulta perfectamente reconocible por aquellas secciones de la humanidad que no den puerta con puerta con los Morlocks: una lata redonda de metal y en color azul. En la parte superior, aparece la palabra Nivea en letras blancas de tipografía clásica, mientras que justo debajo, podemos leer, también en blanco, la palabra creme con unas letras que imitan la escritura a mano. La parte inferior de la lata está ocupada por la composición del producto (de nuevo en blanco), código de barras, referencia, etcétera y también por las brevísimas instrucciones de uso. Básicamente, desde la empresa animan a utilizar este producto como crema hidratante universal. Ideal para todo tipo de piel, para todas las edades y para cualquier momento del año.
Y para eso la he estado utilizando hasta hace un tiempecillo, cuando, finalmente, la dejadez ha ganado la batalla al metrosexualismo. Para hidratar mi reseco rostro y mis manos cuarteadas.
En cuanto esta crema toque vuestra piel, notaréis una sensación de frescor de lo más agradable. Sensación que se incrementará a medida que advirtáis cómo la tirantez va desapareciendo. Uno casi puede oír a la epidermis dándonos las gracias. La sensación de bienestar que me embargaba justo después de utilizarla me parece perfectamente comparable al alivio que uno va sintiendo a medida que da buena cuenta de una tajada de sandía cuando está muy acalorado. Placer al cien por cien sin efectos indeseables. Ni alergias ni nada parecido.
Otra de las cosas que más me gustan de este producto, además de su gran capacidad de hidratación, es lo mucho que cunde. Basta una pequeña cantidad, acompañada de un suave masaje, para cubrir de manera satisfactoria extensas zonas de piel. Así que los 3,45 euros que nos cuesta el bote de 400 mililitros en el Mercadona, pueden verse como una de las mejores inversiones que podemos realizar en la vida.
El tercer rasgo agradable de esta crema es, sin lugar a dudas, su inefable olor. Una aroma suave, floral, totalmente asociado a mujeres (por aquello de la tradición en lo que a cuidado personal se refiere), que me trae a la cabeza débiles recuerdos concernientes a piscinas y otros entornos acuáticos veraniegos. Quizá debido a que, tradicionalmente, este producto de Nivea fue muy utilizado como protector solar.
En la parte negativa, mencionar que puede resultar demasiado grasienta. De ahí que cunda tanto. A mí este detalle no me molesta en absoluto, ya que la crema va muy bien para pieles como la mía, secas y castigadas, pero la afirmación empresarial de que viene bien para todo tipo de piel, me parece, al menos, discutible.
Y para terminar colaré una de leyendas urbanas, que ya sabéis que me gustan. La historia me resulta curiosa porque, hasta hace unas pocas semanas, jamás había oído hablar de ella. Por lo visto, seguramente como resultado de rumores maledicentes surgidos de las oficinas de alguna empresa rival, un número significativo de personas están convencidas de que el uso continuado de Nivea Creme provoca un alarmante crecimiento de vello en las zonas de la piel en que se aplique. ¡Qué cosas!
Así que, rezando para que esto sea cierto, esta misma noche me daré un buen masaje capilar con la Nivea del bote azul. Que los años no perdonan y por probar nada se pierde.
Todos tenemos en la cabeza el hecho de que podemos elegir entre varias marcas de pan de molde, pero la mayoría de nosotros lo llamamos pan Bimbo. Cuando queremos comprar a nuestros hijos un caramelo con palo, pedimos un Chupa Chups. ¿Y quién es capaz, a las primeras de cambio, de romper la asociación entre los términos “refresco de cola” y “Coca-Cola”? Estamos de acuerdo con que los de Pepsi también tienen derecho a comer, pero los automatismos son los automatismos.
Por todo lo anterior, estoy convencido de que, si no fuera por la brutal especialización, refinamiento y competencia que ha habido dentro de la industria cosmética en los últimos años, hoy por hoy, todo aquel que se pusiera a charlar con sus amigos acerca de cremas hidratantes, utilizaría incansablemente la etiqueta inespecífica “Nivea”.
Porque, al fin y al cabo, la compañía alemana Nivea, fundada por los señores Beiersdorf, Troplowitz y Unna hace 129 años, ostenta con orgullo el mérito de haber inventado la primera crema hidratante de la era moderna. La archiconocida Nivea Creme.
Este producto se comercializa en varios tamaños, desde la medida extra pequeña (ideal para llevárnosla de viaje) de 30 mililitros hasta la ración extra grande de 400. Casi medio litro de crema, sí, habéis leído bien.
El envase, que no ha variado un ápice en los últimos seiscientos o setecientos años, resulta perfectamente reconocible por aquellas secciones de la humanidad que no den puerta con puerta con los Morlocks: una lata redonda de metal y en color azul. En la parte superior, aparece la palabra Nivea en letras blancas de tipografía clásica, mientras que justo debajo, podemos leer, también en blanco, la palabra creme con unas letras que imitan la escritura a mano. La parte inferior de la lata está ocupada por la composición del producto (de nuevo en blanco), código de barras, referencia, etcétera y también por las brevísimas instrucciones de uso. Básicamente, desde la empresa animan a utilizar este producto como crema hidratante universal. Ideal para todo tipo de piel, para todas las edades y para cualquier momento del año.
Y para eso la he estado utilizando hasta hace un tiempecillo, cuando, finalmente, la dejadez ha ganado la batalla al metrosexualismo. Para hidratar mi reseco rostro y mis manos cuarteadas.
En cuanto esta crema toque vuestra piel, notaréis una sensación de frescor de lo más agradable. Sensación que se incrementará a medida que advirtáis cómo la tirantez va desapareciendo. Uno casi puede oír a la epidermis dándonos las gracias. La sensación de bienestar que me embargaba justo después de utilizarla me parece perfectamente comparable al alivio que uno va sintiendo a medida que da buena cuenta de una tajada de sandía cuando está muy acalorado. Placer al cien por cien sin efectos indeseables. Ni alergias ni nada parecido.
Otra de las cosas que más me gustan de este producto, además de su gran capacidad de hidratación, es lo mucho que cunde. Basta una pequeña cantidad, acompañada de un suave masaje, para cubrir de manera satisfactoria extensas zonas de piel. Así que los 3,45 euros que nos cuesta el bote de 400 mililitros en el Mercadona, pueden verse como una de las mejores inversiones que podemos realizar en la vida.
El tercer rasgo agradable de esta crema es, sin lugar a dudas, su inefable olor. Una aroma suave, floral, totalmente asociado a mujeres (por aquello de la tradición en lo que a cuidado personal se refiere), que me trae a la cabeza débiles recuerdos concernientes a piscinas y otros entornos acuáticos veraniegos. Quizá debido a que, tradicionalmente, este producto de Nivea fue muy utilizado como protector solar.
En la parte negativa, mencionar que puede resultar demasiado grasienta. De ahí que cunda tanto. A mí este detalle no me molesta en absoluto, ya que la crema va muy bien para pieles como la mía, secas y castigadas, pero la afirmación empresarial de que viene bien para todo tipo de piel, me parece, al menos, discutible.
Y para terminar colaré una de leyendas urbanas, que ya sabéis que me gustan. La historia me resulta curiosa porque, hasta hace unas pocas semanas, jamás había oído hablar de ella. Por lo visto, seguramente como resultado de rumores maledicentes surgidos de las oficinas de alguna empresa rival, un número significativo de personas están convencidas de que el uso continuado de Nivea Creme provoca un alarmante crecimiento de vello en las zonas de la piel en que se aplique. ¡Qué cosas!
Así que, rezando para que esto sea cierto, esta misma noche me daré un buen masaje capilar con la Nivea del bote azul. Que los años no perdonan y por probar nada se pierde.
Fecha:20:27:13 18/09/11
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Votos:no disponible.
Categorías:Belleza y salud
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