Suelo emplear dentífricos de farmacia, por su menor abrasividad, pero dentro de los que podemos encontrar en los supermercados me gusta mucho este. Como he dicho, Será por la tontería, pero los microgránulos me hacen gracia.
Los microgránulos son de una textura dura, cómo decirlo: como si dentro de la pasta hubiera trocitos redondeados de pasta más dura. Resultan agradables, pero aunque este dentífrico me limpia correctamente los dientes no creo que sea una consecuencia directa del arrastre por los microgránulos dichosos. Eso sí, me resulta divertido como textura, sobre todo al cepillarme la lengua. Es una de mis elecciones preferidas si pensamos en el placer.
Además y ante todo, requisito fundamental, es de pasta blanca y no de gel, por lo que su gusto en la boca no es como si estuvieses comiendo un caramelo derretido y soso. El sabor es fresco pero sin llegar a parecer que tienes el frescor de la Antártida oculto tras los dientes -ese frío resulta desagradable si tienes un poco de sensibilidad dental-.
Como he dicho, suelo usar un dentífrico específico pero si no se desea más que una buena consistencia, un buen sabor (lo de la textura de los microgránulos es interesante probarlo), un buen arrastre (es lo más importante de un dentífrico: que limpie bien) y una sensación final de frescor en la boca... este dentífrico es una buena opción a tener en cuenta.