Era una tendencia tan clara y ridícula que comenzó a ser objeto de burla por parte de cómicos de diverso prestigio y pelaje. Naturalmente, me refiero al tamaño de los teléfonos móviles. Estoy seguro de que aún no habréis olvidado la época en que los móviles más caros y molones, aquellos que conferían mayor estatus a sus propietarios eran, paradójicamente, los que poseían las dimensiones más reducidas. Cacharros como de juguete provistos de teclados que debían utilizarse estrictamente con el borde de las uñas y pantallas a color absolutamente desaprovechadas.
Incluso la película Zoolander, dirigida y protagonizada por Ben Stiller en 2001, ofrecía un running gag de este tipo. Dicha producción narraba las andanzas de un modelo masculino algo tonto pero rico, guapo y molón a rabiar. Como no podía ser de otra forma, era propietario de un teléfono móvil pequeño, muy pequeño, del tamaño aproximado de una chapa de refresco…¡con su antena diminuta y todo!
Sin embargo, de buenas a primeras, esta tendencia comenzó a cambiar. En mi opinión, dos razones básicas contribuyeron a tal inversión. Por un lado, la pantalla táctil, un artefacto aún más molón que el hecho de disponer de un teléfono móvil que abultara y pesase poco en el bolsillo, se popularizó. Oye, colega, ¿has visto Minority Report? Claro, tío, ¡el futuro ya está aquí! ¡Qué guay!
Por otro lado, hubo una demanda creciente de una cámara de fotos medianamente aceptable integrada en el teléfono. Ignoro por qué, de repente, todo el mundo quiso tener cámara de fotos en su móvil, aunque bien pudiera ser que nos guiará la falsa ilusión de que, algún día, un solo gadget cubriera todos nuestros deseos: conectarnos a la red, escuchar música, jugar a videojuegos, hacer fotos y grabar vídeos. Claro que eso fue antes de que Apple nos convenciera de que la auténtica felicidad reside en un mamotreto de 25 por 18 centímetros.
El caso es que los teléfonos móviles se fueron haciendo cada vez más grandes y completos en prestaciones. Y para cuando el LG KU990 (más conocido como LG Viewty) salió al mercado, allá por los meses finales de 2007, el teléfono medio poseía unas dimensiones respetables.
Visto en la actualidad, es posible que este móvil no parezca demasiado voluminoso, pero, en su día, yo lo percibía como gigantesco: 10,3 centímetros de largo, 5,4 de ancho y 1,5 centímetros de grueso. Sin embargo, sus poco más de cien gramos lo convierten en un aparato bastante cómodo de llevar en el bolsillo, pese a su grosor.
Posee una pantalla TFT táctil resistiva de tres pulgadas. Un tamaño muy adecuado para ver bien todos los menús y manejar el móvil con comodidad. Además, se comporta de manera muy precisa ante la presión ejercida en cualquier punto. Sin embargo, se hace algo pesada de utilizar debido a su lentitud de respuesta. Este rasgo, común a un gran número de pantallas resistivas de los teléfonos móviles de aquella hornada, unido a una velocidad de procesamiento bastante limitada (en especial en lo concerniente a archivos de imagen), hace de este teléfono un aparato exasperante en ocasiones.
Aparte de la propia pantalla, encontraremos otros dos elementos destacados en el frontal del cacharro. En la esquina superior izquierda, veremos la cámara delantera. Con una resolución de 640x480 (VGA), es más que suficiente para sacarte las típicas fotos chorra haciendo morritos (pero bien encuadradas) o para hacer y recibir videollamadas, sobre todo si tenemos en cuenta que este tipo de comunicaciones no terminan de imponerse. En la parte inferior del teléfono, justo debajo de la pantalla, encontramos una fila de tres botones. A la izquierda hallaremos el típico botón verde para aceptar llamadas entrantes; en el centro nos toparemos con una tecla rotulada “C” que nos servirá para enmendar nuestros errores cuando estamos escribiendo un mensaje, borrar dígitos en la pantalla de la calculadora y cosas así; mientras que a la derecha, tenemos el clásico botón rojo para cortar una comunicación, rechazar llamadas o volver al menú principal. Una pulsación prolongada en este botón servirá para encender y apagar el terminal.
Si desplazamos nuestra mirada por los laterales del teléfono descubriremos, en el lado izquierdo, una pestaña deslizante que protege la conexión del cargador de batería (también funciona como puerto USB para el cable de datos). A pesar de su aspecto endeble, no creáis que se os va a romper o va a dejar de ajustar al cabo de poco tiempo. Mi torpeza habitual y el hecho de que lleve utilizando este teléfono un par de años debería ser prueba suficiente de la buena calidad de la pestañita.
En el lateral derecho encontraremos tres elementos: el botón de bloqueo/desbloqueo, el disparador de la cámara y un interruptor plano que puede situarse en posición de cámara de fotos, cámara de vídeo o presentación de imágenes. Dependiendo de la posición en que coloquemos el interruptor, una pulsación del disparador de la cámara con el teléfono desbloqueado servirá, respectivamente, como un atajo hacia la cámara de fotos, de vídeo o hacia una pantalla que mostrará miniaturas de las fotos que hayamos tomado, presentadas, en grupos de ocho, a modo de galería. Pulsando dos veces en cualquiera de las imágenes, podremos ver la foto a pantalla completa. Esto de la galería de imágenes podría parecer una buena idea de cara a poder contemplar con rapidez y facilidad las fotos que vayamos sacando. Sin embargo, la lentitud de procesamiento a la que aludía unos párrafos atrás alcanza su cenit en esta aplicación. Si elegimos acceder a la presentación de imágenes pulsando sobre el disparador de la cámara, deberemos esperar la friolera de 9 segundos hasta que las ocho primeras miniaturas aparezcan. La transición entre cada grupo de miniaturas se demora 6 segundos, mientras que la orden de agrandar una foto, sólo se verá cumplida al cabo de otros 9 segundos. Horrible.
Una vez que encendemos el terminal y metemos nuestro código PIN, aparecerá una pantalla principal en la que destacan cuatro botones táctiles, situados en la parte inferior. De derecha a izquierda, los botones sirven para: acceder a nuestra agenda de teléfonos, crear y gestionar mensajes de texto, hacer aparecer un teclado numérico o entrar en los menús principales.
De estas funciones, hay que destacar las diferentes formas que este móvil ofrece para escribir mensajes. Podremos hacerlo a través del clásico teclado de nueve teclas con tres letras en cada una, a través de un teclado qwerty horizontal (la opción más rápida, a mi modo de ver) o a través de una pantalla de mano alzada en la que tendremos que arrastrar nuestro dedo (o el estilete que viene incluido en la caja del Viewty) para escribir las letras o palabras que, inmediatamente, serán interpretadas por el procesador del teléfono. Sin duda, la opción más molona es la última. No obstante, también se trata de la más ineficiente. No olvidemos que la pantalla de este aparato es resistiva y, por tanto, no posee especial sensibilidad a los gestos. Así que, a menos que queráis mandar a vuestros amigos textos como “Hola mýo ftol jtas?”, quedaos con el teclado qwerty.
En cuanto a las funciones principales del teléfono, aparecen organizadas en cuatro menús principales. A saber, el menú llamadas (todo lo referente a llamadas y mensajes), el menú multimedia (imágenes, música, cámara, editor de vídeos, grabadora de voz, radio y juegos), el menú utilidades (navegador, calendario de eventos, calculadora, y bloc de notas, entre otras funciones) y el menú configuración (propiedades de pantalla, ajustes del teléfono, bluetooth, perfiles de sonido, etcétera). El desplazamiento por los distintos menús resulta muy cómodo gracias a la ruedecilla exterior encajada sobre el objetivo de la cámara del teléfono que, además de servir para regular el zoom (como explicaré más adelante), también posee la función de seleccionar una a una las opciones de los menús y submenús a medida que la giramos. Claro que esta comodidad de manejo no quita que el diseño de los menús peque de ser muy poco ágil. Por ejemplo, para poner la alarma a una hora determinada, necesitaremos hacer seis pulsaciones desde la pantalla principal. Para acceder a la lista de vídeos que hemos grabado, necesitaremos cinco. Y para activar el bluetooth, serán necesarias cuatro pulsaciones. Afortunadamente, este diseño tan poco ergonómico no pasó desapercibido a los fabricantes, ya que arrastrando el dedo horizontalmente por la parte baja de la pantalla principal, podemos hacer aparecer un cuadro de atajos que nos ahorrarán tiempo y complicaciones cuando queramos acceder a las funciones más utilizadas y recónditas.
Respecto a las características multimedia, este móvil puede reproducir archivos de imagen en formato .jpg y archivos de audio .mp3, .wma y .aac. Los formatos de vídeo soportados son divx, .3gp, y .mp4 (tan sólo los estándares H.264 y H.263).
La calidad de fluidez de reproducción de audio y vídeo son sobresalientes. Si no fuera por la cantidad de batería que se gasta en estos menesteres, sería un aparato ideal para utilizarlo como reproductor mp4.
La aplicación picsel file viewer (que viene instalada de serie) permite visualizar tanto documentos en Word como hojas de cálculo de Excel, presentaciones en Power Point y documentos en pdf con una eficiencia sorprendente. Nada que ver con la lentitud para los archivos de imagen.
El LG KU990 Viewty no posee conexión vía wifi, lo que limita sobremanera (por razones económicas) las posibilidades de comunicación a través del correo electrónico que podría permitir la variedad de documentos que pueden ser visualizados en este aparato. A cambio, tendremos tecnología 3G+ a nuestra disposición.
Tampoco posee GPS, por lo que las posibilidades de conectividad se reducen al bluetooth y al cable USB. Debéis saber que la transferencia de archivos vía USB a este móvil es sencillísima, siempre y cuando le metemos una tarjeta microSD. En este caso, nada más conectar el aparato a nuestro PC, éste lo detectará y podréis copiar y pegar los archivos que queráis a las carpetas documentos, juegos y aplicaciones, fotografías, sonidos y vídeos que aparecerán en la ventana de disco extraíble. De lo contrario, nos las tendremos que ver con el programa LG PC Suite y sus múltiples problemas de sincronización. Personalmente, tuve este programa instalado sólo un par de días antes de desistir. No olvidéis que, para poder utilizar la tarjeta microSD del móvil como un dispositivo de memoria por USB, tendréis que dirigiros al menú configuración, ajustes del teléfono, conectividad, modo de conexión y marcar la opción “almacenamiento masivo”.
Y es que la escasa memoria interna con que cuenta este teléfono (100 Mb) hace indispensable comprarle una microSD (admite tarjetas de hasta 2 Gb de capacidad), máxime cuando la excelente cámara de que está provisto permite hacer fotos de hasta 5 Megabytes.
Antes de abordar el punto más fuerte de este producto, dejadme explicar un par de cosas acerca de la batería de litio. Por más que los fabricantes prometan una duración de 450 horas en espera y 6 horas en conversación, esto no es así ni de lejos. Quizá en los años que llevo utilizando el móvil haya maltratado la batería (lo he apagado más bien poco en los últimos tiempos), pero incluso en sus primeros meses de vida, la duración en espera no pasaba de los 3 días.
Actualmente, si recibo una llamada de unos 20 minutos, se esfuma la cuarta parte de la batería. Una tarde haciendo fotos, consume más de media pila y la reproducción de un vídeo de 20 minutos, lo deja a media carga. Lástima.
A continuación hablaré de la que, a mi entender, es la prestación estrella de este LG KU990 Viewty: su cámara de fotos. Según la opinión de varios conocidos, entendidos en este tema de los gadgets tecnológicos, la empresa LG, a la hora de dotar a sus móviles de cámara de fotos, no sólo se centra en ofrecer una cantidad de megapíxeles respetable, sino que pone mucho esfuerzo también en la óptica de dicha cámara. El resultado es un teléfono más parecido a una cámara compacta que a otra cosa. De ahí lo que explicaba al comienzo de este texto acerca de las dimensiones y el grosor del terminal. En los dos años que lo llevo utilizando, varias docenas de personas han exclamado en alguna ocasión “¡qué cámara más chula!” cuando sacaba el teléfono del bolsillo para enviar un mensaje. La similitud debe de ser evidente.
Los elementos de la cámara en cuestión ocupan toda la parte posterior del teléfono. Cuenta con una lente Schneider Kreuznach que, sin ser una Canon o Leica, está muy bien. Como decía anteriormente, la rueda que viene encajada por encima de la lente permite regular de modo intuitivo su zoom digital de 16x. La cámara ofrece la posibilidad de realizar enfoque manual y de realizar fotografías panorámicas (uniendo tres imágenes), viene provista de estabilizador de imagen, flash de xenon, sensibilidad ISO de 100, 200, 400 u 800, temporizador, modo macro, corrector de ojos rojos, detector de parpadeo y varios modos de escena (paisaje, retrato, noche, deportes, playa y fiesta), entre otras prestaciones. Su resolución es de 5,1 megapíxeles.
He de decir que, actualmente, no poseo ninguna otra cámara digital, aparte de la de este teléfono móvil, y estoy contentísimo con ella. El enfoque manual, su potente flash y la horquilla de valores de sensibilidad ISO, consiguen que esta cámara se defienda muy bien en interiores y entornos con poca luz. La calidad de la lente permite realizar excelentes fotografías en exteriores, con ayuda de un estabilizador de imagen que funciona la mar de bien. Y contamos con la ventaja de poder realizar fotos panorámicas. Siempre y cuando no abusemos del zoom, nuestras fotos siempre lucirán magníficas.
En formato vídeo, la cosa cambio un poco. La cámara tiene la opción de grabar vídeo a 30 o a 120 (cámara lenta) frames por segundo, pero la resolución no es demasiado buena, 640x480 y 320x240 píxeles, respectivamente. Aunque para mí esto no tiene mucha importancia, puesto que no suelo hacer vídeos.
Resumiendo, el LG KU990 Viewty es un móvil con luces y sombras. Su excelente calidad de reproducción de audio y vídeo, su rapidez y eficiencia en la visualización de documentos (Microsoft Office y pdf) y su excelente cámara, aparecen matizadas por la lentitud, tanto de procesamiento como de respuesta de la pantalla, la ausencia de wifi y GPS, la poca memoria interna ofrecida y la escasa duración de la batería.
Actualmente, algunas páginas web ponen a la venta este teléfono por un precio entre 99 y 115 euros, con cable USB y estilete incluidos, exactamente los mismos accesorios que venían incluidos cuando yo lo compré, aunque dudo que a alguien pueda interesarle esta oferta. En materia de teléfonos móviles, no sólo es el tamaño lo que cambia de un día para otro, sino también las características tecnológicas. Y, como bien se encargan de recordarnos los fabricantes, a través de sus incansables campañas de marketing, los móviles de hace tres o cuatro años ya son unas antiguallas.