Para conmemorar el cuarenta cumpleaños de L’Eau de Rochas, el perfumista Jean-Michel Duriez ha sido el encargado de revisar esta fragancia clásica que todo el mundo conoce o ha olido alguna vez. De su nariz, ha salido en 2010, L’Eau de Rochas Fraîche.
Esta fragancia y la original se parecen bastante en realidad, al menos para las “narices” profanas como la mía, aunque los expertos indican que las notas de cabeza (limón y bergamota) son ligeramente más suaves, al igual que las de fondo (liatris y musgo de roble). Las notas de corazón de la versión “fresca” son: iris, lirio, azahar, lavanda y jabón.
Personalmente, siempre me ha encantado esta fragancia para los meses de verano, y esta nueva versión me gusta más aún. Me entusiasma el aroma a limpio que desprende y el hecho de que a pesar de ser fresca perdure todo el día (al menos en mi piel).
En cuanto al momento del día más adecuado para llevarla, me parece perfecta tanto para salir de noche como para un uso diurno. Eso sí, siempre la asocio con la idea de ir arreglada y bien vestida.
Me encanta su packaging. El azul de la caja, homenaje al Mar Mediterráneo, contiene el frasco clásico del perfume de cristal tallado y aire retro, con una única concesióm a la modernidad: su cristal ligeramente azulado. Encantadores me parecen también los detalles de la cinta gris claro alrededor del cuello del frasco y la palabra “fraîche” está escrita por la mano de su creador.
Se comercializa en eau de toilette en los tamaños de 50 y 100 mL., a unos precios de 41,50 euros y 63 euros respectivamente y gustará especialmente a las amantes de los aromas cítricos, frescos y que nunca pasan de moda.