Lo que tiene La Cocinera es que la marca da confianza, porque , probados varios de sus productos, siempre nos han dejado satisfechos, fueran empanadillas o croquetas.Por este motivo no devolví la cajita que furtivamente mi pareja había introducido en el carro, procedente del arcón de los congelados del supermercado.
Ni me fijé en el precio y ya he tirado el ticket, pero no creo que supongan un descalabro para el bolsillo doméstico.
Ayer noche a la hora de cenar nos acordamos ¿no habíamos comprado unas crêpes de jamon y queso?
Pues sí, y aunque en principio pensé que a la mayoría de la familia no iban a gustarle, la opinión general fué favorable.
El miedo que yo tenía a que no gustaran provenía de: por parte de mi marido, odia los precocinados, por parte mía y de los peques, a veces hay productos de este tipo cuyo sabor es demasiado fuerte, salado o muy artificial
Nada de eso, estos crêpes no pecan de salados, ni tienen sabores extraños. Son suaves, cremosos y además fáciles y rápidos de preparar.
Con el hambre acuciando los estómagos bastó con sacar la cajita del congelador, comprobar que con 6 unidades que trae, más una ensaladita de arroz constituían una cena respetable y en 10 minutos aproximadamente estaban hechos.
Procedí como indica la caja, calentando una cucharada de aceite ( o mantequilla ) en una sartén, y luego poniéndo las crêpes a dorar sin descongelar, durante 10-12 minutos.
Hay que tener cuidado, si mantenemos el fuego muy fuerte durante todo el rato se pueden quemar por fuera, y el " tostado en demasía" hace que la masa amargue. No obstante se soluciona bajando el fuego ( al 4 en la rueda de la vitrocerámica) Por contra si tenemos el fuego bajo desde el inicio, la masa absorberá el aceite y quedará blandengue en lugar de crujiente.
Lo ideal es lograr atinar con el fuego para que el contraste de texturas sea crujiente por fuera y cremoso por dentro.
Me ocurrió que al apagar el fuego para aprovechar el calor residual no se terminó de hacer bien la última crêpe, y quedó aún fría por dentro y la masa un poco endurecida en lugar de derretirse.
Si no teneis prisa podeis dejarlas a temperatura ambiente que se descongelen y luego calentarlas 4 ó 5 minutos.
En cuanto a la masa de fuera, es buena, nada que objetar, en cuanto al relleno, a mí me hubiera gustado que el sabor del queso se notara más, tal vez porque me gustan los quesos fuertes. Sin embargo no acerté más que a ver y palpar con la lengua algún que otro trocito de jamón york entre la masa bechamel.
Tachán tachán; ingredientes del relleno:
Son agua, jamón cocido extra (10,6%), jamón cocido(del que no es " extra " otro 10,6%), harina de trigo , nata, aceite vegetal hidrogenado, leche desnatada en polvo , queso emmental ( 3%) , al, corrector de acidez, acidulante, aromas, colorante.
Esto puede explicar el por qué no encuentras el queso ni el sabor a queso . Apenas un 3% , diluido diría yo entre la bechamel al calentarse.
La fecha de caducidad, impresa en la caja, era para el 11 de marzo con lo cual veis que hecha la compra se puede tener en el congelador un tiempo. Sin embargo, en el frigorífico sólo se pueden mantener durante 1 día.
Con todo, los 300 gramos , o lo que es lo mismo las 6 piezas que trae, una vez doraditas , han cumplido su función de aplacar el hambre y al paladar son muy agradables, pues no hay que masticar apenas con la textura tan delicada que tienen.
Por ponerle algún pero, indicar que de estas " comidas rápidas" y masas no hay que abusar. Y que son bastante calóricas, por cada 100 gramos 182 kcal.