Son ya tradicionales en mi hogar, cada dos por tres para desayunar o merendar.
Están fabricadas en Arganda del Rey y se pueden encontrar en cajas grandes de 600 gramos aproximadamente, o bien en paquetes de plástico que traen 3 conchas y también las venden a granell, para que cojas tú un surtido de bollería al peso.
Un tamaño considerable, pues abarcan algo más que la palma de mi mano ( ahora han sacado las conchas mini, que de mini tienen poco, sí que son más pequeñas pero ocupan casi totalmente la palma de mi mano, si tomo esta medida como referencia )y una masa de bizcocho blandita, fina, al modo de los bizcochos de soletilla.
La concha en sí son dos de estos bizcochos de forma aplanada y circular unidos entre sí por una capa de chocolate en el medio.
Apetecibles, sobre todo en los dias que el cuerpo me pide algo de chocolate. Irresistibles para los niños, que son incapaces de tomarse una sola.
Prácticamente envasadas individualmente las hacen ideales para llevar al cole, en la mochila y tomar un tentempié.
Como todo producto de bollería y/o repostería , no hay que abusar, pues ya sabemos los problemas de obesidad que cada día más aquejan a la población, pero no toda la culpa es de los bollos, sino que no hacemos ejercicio.
Entre los ingredientes pone que pueden contener trazas de frutos secos, así que ojito los alérgicos.
También , entre el azúcar, huevo, grasa vegetal, leche en polvo, jarabe de glucosa y fructosa, cacao desgrasado en polvo, veo que llevan miel en su composición, quizá es la miel lo que les da ese toque especial, distintivo . No sé, pero me gustan.
Tanto para consumir en seco como mojadas en un tazón de leche, con café o cacao.
El precio de la caja de 600 gramos anda por los 2,75 euros, depende del establecimiento podrán estar en oferta .