Cuando adquirí una impresora Epson me regalaron un paquete de papel fotográfico mate. Sólo la presentación del mismo ya te define que es un papel de primer nivel con el que conseguir impresiones de alta calidad.
Su coste, cercano a los 2 euros por un formato A4 hace que tengamos que tener muy claro lo que queremos imprimir para no hacer impresiones "en falso" también porque tiene un consumo de tinta que triplica el habitual.
Las fotos impresas en este tipo de papel, en una impresora media, es prácticamente de calidad profesional. Hay que recordar en que la configuración de la impresora tiene que ser para papel fotográfico y que las fotografías tienen que tener un calidad acorde con el tamaño de la impresión.
También hay que tener mucho cuidado con la conservación, hay que guardarlo en su funda, aislante, doble y con cierre hermético para que no recoja humedad y pierda efectividad y tener mucho cuidado al cogerlos para no tocar las hojas que no vayas a gastar. Una incomodidad es tener que alimentar a la impresora de hoja en hoja pero así te aseguras el centrado perfecto y minimizas el riesgo de atascos.
También se dispone en calidad brillo, eso ya se sabe que va con gustos, y en los diferentes tamaños típicos de los papeles fotográficos.