Los cuencos Kalas de Ikea son unos bonitos cuando los compras, pero dejan de ser tan bonitos según pasan sobre ellos el tiempo y los usos. Yo los míos, los primeros que compré, ya los he sustituido por unos nuevos porque estaban bastante viejos.
De precio están tirados. Por 1,75 euros compras 6 cuencos de distintos colores. Si andas bien de dinero, puedes comprar seis medias docenas y así te haces con seis de cada color. Fue lo que acabé haciendo yo.
Son cuencos pequeños. Su diámetro es de 11 cm. Los puedes usar como tacitas o vasos para los niños o bien para echar ese aceite que te ha sobrado. Yo les he venido dando el primer uso que cité: como vasos para las niñas. Mis hijas son de romper todo lo que es cristal. Con estos cuencos de plástico de polipropileno estoy tranquila porque sé que no se van a cortar.
No ocupan ningún espacio en la alacena. Esta es otra de las ventajas a tener en cuenta. Los puedes apilar y donde se pone uno se ponen los seis.
Como os decía, se deterioran bastante con los lavados. Tanto tiene que los laves en el lavavajillas como que los fregotees a mano con un estropajo. Pasado un tiempo toca comprar cuencos nuevos si es que los quieres tener con un buen aspecto.
Yo los he vuelto a comprar porque a mis niñas les encantan. A mí lo que más me gusta de estos cuencos es que no se les escurren de las manos. Esto se debe a su textura rugosa.
Pero no sólo se los pongo a las niñas con bebida y cereales para desayunos. También los uso para servir salsas. Son muy prácticos. Además, son tan bonitos que dan mucha alegría en la mesa, especialmente en las casas donde hay niños. Mis niñas son mucho de comer si les gusta el contenedor de la comida. Como no les guste el vaso o el plato, pierdes el tiempo.