En la Cava Baja, justo enfrente de la popular Casa Lucio, se encuentra la Taberna de los Huevos de Lucio, una opción más económica e informal que aquella.
El local, que dispone de una barra a mano izquierda según se accede a él, está siempre hasta la bandera. Al fondo, se encuentran el comedor y una pequeña bodega y en la planta baja, hay otro comedor. Las mesas son pequeñas y están literalmente pegadas unas a otras.
En primer lugar, y ya que no admiten reservas, recomiendo tomar unas cañitas en la barra, si es que podéis haceros un huequito en la barra. Misión imposible un sábado por la noche, desde luego. Después, un surtido de ibéricos, unas alcachofas con foie o unos callos a la madrileña, por ejemplo. Además, uno no puede irse de allí sin probar su plato estrella: los huevos rotos con patatas y chistorra que, están, como suele decirse y, con toda la razón en este caso, para mojar pan, sobre todo sí se acompañan de una copita de Rioja.
No obstante, me gustaría señalar que no es un sitio adecuado para sobremesas largas y tranquilas, ya que los
camareros van a toda pastilla haciendo malabares entre las
Mesas. Además, la gente entra y sale constantemente del local.
Con todo, lo peor es la dolorosa: no menos de treinta/cuarenta eurazos por persona.