En el My Dream Boutique Resort se está de película. Se trata de un hotel con pequeños bungalows. El nuestro tenía unas preciosas vistas al río de la ciudad de Luang Prabang en Laos.
Era un bungalow con mucha madera; vigas de madera, suelos de madera, una cama impresionante en la que no faltaba la mosquitera. El cuarto de baño era moderno y amplio.
Lo que no me gustó fue el restaurante. Hacía un frío de los mil demonios porque era al aire libre y te ponían una especie de braseros debajo de las mesas que me ponían de los nervios. Sólo fuimos una vez a desayunar. Yo temía quemarme en aquellos braseros dichosos.
Mi marido echó de menos el desayuno que servían. Era un desayuno realmente bueno en el que no faltaban zumos, fruta, huevos, tocino, un café muy sabroso. Pero buen café te lo puedes tomar en cualquier bar de Laos. Es un país donde preparan un café exquisito.
Con seguir tumbona en la piscina es otra odisea. Hay muy pocas. Lo mismo pasaba con los ordenadores de conexión gratis a internet. Sólo había dos en recepción y no llegaban a nada.
De lo que quedé muy contenta fue del personal. Eran muy profesionales y tenían un buen nivel de inglés. No te resultaba nada difícil entenderlos.
El hotel es perfecto para pasar unas vacaciones exóticas. Tiene unas vistas preciosas.