El cine español sigue sin gustarme. He ido a ver Ocho Apellidos Vascos de Emilio Martínez-Lázaro y salí horrorizada de la sala. Es una película sin pies ni cabeza.
En el cine había gente que se reía. Yo no le encontraba ninguna gracia porque las situaciones cómicas estaban muy forzadas. La historia de amor entre Rafa, un chico andaluz, y Amaia, una chica vasca no me convenció. Ella era demasiado dulce para ser una mujer enamorada.
Ni siquiera la aparición de Carmen Machi, la mejor, le da vidilla a la película. Carmen intenta hacerse pasar por una madre vasca, pero la gracia del sur no se la quita nadie.
Las manifestaciones en las que participa la pareja son de pena. No entiendes como aplauden al chico. Los vascos de la manifestación aparecen representados como un puñado de tontos.
No recomiendo esta película. Es una españolada actual. Así le va al cine español. Ni sabe hacernos reír ni sabe hacernos llorar. Más bien nos desespera.
Por mi parte fueron diez euros tirados en una entrada de cine que bien pude haberlos destinado a ir a ver otra película.
Una pena porque la idea de una pareja de vasca y andaluz podía dar mejores resultados en la gran pantalla. Tal vez si tirara más hacia el drama que hacia la comedia el resultado podría ser más aceptable.
En esta película están peor los personajes secundarios que los protagonistas. De los dos chicos me quedo con Amaia, pese a su dureza, sí la ves bien metida en su papel de vasca independentista.