El Dream Hotel Gran Tacande en Tenerife es un cinco estrellas que está en la Costa Adeje, en concreto en la Playa del Duque.
En este hotel nos dieron una habitación con balcón que tenía vistas al mar. Si estaba clarito el día, veías la isla de la Gomera. Todo un lujo.
Todo el hotel es muy luminoso, alegre, con una decoración en tonos blancos y claros que contribuya a que las estancias te parezcan todavía más espaciosas.
Es un hotel acogedor, perfecto para pasar unas vacaciones tranquilas con la familia. Nuestra habitación, como os dije, daba al mar, pero la mayoría de las habitaciones tenían vistas a los preciosos jardines del hotel.
El hotel está muy bien cuidado. Tiene dos piscinas exteriores más limpias que unas patenas. Se ve que el personal es muy profesional. Lo tienen todo limpio como los chorros del oro. También son muy atentos. Consiguen que te sientas como una reina.
El dasayuno es un buffet que tiene de lo bueno lo mejor. Todos los productos que sirven son de calidad y están frescos. La fruta parecía que estaba recién cogida de los árboles.
Lo que no me gustó fue que nuestra cama tuviera dosel. Le quedaba como un pegote. Yo no estoy acostumbrada a despertar y tener como un tejado de tela sobre mi cabeza.
Por lo demás, sólo puedo decir maravillas de nuestra habitación. Era amplia. Tenía una terracita. Tenía también una especie de salita incorporada con unos sillones y un tresillo muy cómodos.
Me gustó el cuarto de baño. Tenía lo que es el váter separado de la pileta y de la bañera. Así lo podíamos usar sin discusiones. Pude darme mi baño relajante sin que mi pareja protestase por el tiempo que estaba metida en el baño.
Os recomiendo el Dream Hotel Gran Tacande en Tenerife. Es un hotel ideal para descansar. Cuando estuvimos nosotros había bastante gente mayor, de la que no mete bulla. El spa estaba bastante concurrido. Lo mismo puedo decir de las piscinas. Mi marido fue bastante a un club de golf que queda a unos 15 minutos en coche desde el hotel. Yo estuve horas y horas entre la playa y el jardín. El jardín parecía un paraíso al lado del mar.