Mi suegra es poco creativa y parece como si la originalidad y ella estuviesen reñidas. Hasta ella se jacta de ello cuando llegan fechas como las navidades o los cumpleaños de cada miembro de la familia. Parece como si tuviera un regalo destinado de antemano para cada uno de nosotros y a mi me tiene encorsetado en el de la perfumería, algo que, por otro lado, me encanta, hasta el punto de que cuando llegan esas fechas que os comentaba mi mujer y yo hacemos apuestas sobre qué marca caerá el día en concreto.
Por este motivo, desde hace unos años conozco este perfume que llegó a mis manos en Navidad.
El frasco es bastante sencillo (o a mi me lo ha parecido, porque luego vienen los gurús del marketing y te cuentan que cada detalle del "envoltorio" tiene una importancia extraordinaria), ya que no deja de ser un frasco de cristal de esos que parecen opacados en blanco, pero que dejan ver el contenido. En el centro, viene escrito el nombre del perfume en letras mayúsculas.
Pero lo importante, sin lugar a dudas, es su aroma, que además de ser uno de mis preferidos porque es fresco a la ver que suave y perdurable como pocos.
En su composición se dan la lavanda, la madera de sándalo y el ámbar (también he leído que el lang, pero no sé ni lo que es), que son aromas que me gustan de por si, por lo que la mezcla es de lo más agradable porque sobresale el olor a cítricos y frutas.
El único inconveniente que le pondría es el precio, pero como en mi caso se trata de un regalo, cruzo los dedos para que mi suegra repita más a menudo, por lo que no paro de darle pistas, comentándole lo mucho que me gusta y lo poco que me queda.