El Hotel do Templo en Braga es un cuatro estrellas de sólo 42 habitaciones muy tranquilo.
Nos dieron na habitación de la segunda planta, justo al lado de la piscina, cosa que no me hizo mucha gracia. Afortunadamente, no hubo ruidos que nos alteraran el sueño.
La habitación era amplia. Con una cama de matrimonio más una cama supletoria nos sobraba sitio. Además de las camas había una mesa de escritorio con su correspondiente silla.
Las ventanas daban al Templo del Bom Jesús. Era una habitación muy luminosa y lo mismo puedo decir del cuarto de baño.
En el baño nos dejaron de todo: champú, gel, gorro de ducha, jabones. No fueron muy generosos con las cantidades, pero de la calidad no tengo queja. El champú era tan bueno como el que llevaba yo para mí.
El cuarto de baño tenía los sanitarios nuevos. La bañera, por ejemplo, no era grande, pero parecía recién instalada.
No nos cobraron extra por el jacuzzi. La piscina estaba climatizada. Yo sólo fui una vez a la piscina. No me gustan nada las piscinas, aunque reconozco que la del Hotel do Templo en Braga estaba bien.
Lo que no me gustó del Hotel do Templo en Braga es que admitiera mascotas en las habitaciones. En el suelo de la nuestra encontré pelos de un perro que había estado anteriormente con sus dueños. Casi me muero del asco. Yo misma limpié los suelos a fondo.
El desayuno fue un buffet correcto: fruta, pan, tostadas, mermelada, cereales, zumos, miel, café, infusiones.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Hotel do Templo en Braga. Yo no creo que vuelva. No me gustan los hoteles que admiten perros y otras mascotas en las habitaciones. Encima los suelos eran de moqueta. Un asquito. Sólo pensar que dormía en un cuarto donde se habían alojado perros ya me quitaba el sueño.