El aceite milagroso de Fructis se presenta en un evade plástico en tono amarillo el difusor en verde y la tapa es transparente. El envase es pequeño y manejable en forma ovalada. Contiene 150 ml que cuestan al rededor de unos 7 euros sin ofertas. Bastante económico si lo comparamos con aceites de este tipo y de otras marcas.
El aceite esta pensado para proteger el cabello de las agresiones provocadas sobretodo por el calor de los alisadores y las planchas y además nutrir y reparar el cabello dañado.
Se aplica tanto en el cabello húmedo después del lavado de éste, o con el cabello seco. En la primera opción es interesante para cuando queremos probarlo utilizando secador ya que además de ayudar a desenredar el cabello y facilitar el peinado nos resulta más fácil de alisar y en cabellos finos evitar el encrespamiento. Con el cabello seco podemos usarlo para repasar y definir el peinado.
La forma de aplicación es muy sencilla se aplica sobre la palma de la mano y se frota con la otra mano para calentarlo y extenderlo a continuación se aplica sobre el cabello.
Me sorprendido muy gratamente ya que me esperaba que al ser un aceite actuara como tal y por lo tanto engrasada el cabello aunque con ello también lograra nutrirlo. Pero más más lejos de la realidad, a pesar de ser un aceite no engrasa en absoluto el cabello. No apelmaza, el cabello queda suelto y con volumen y lo más sorprendente logra controlar el cabello rebelde como el mío. Además. He de decir que no he notado que se me ensucie más de lo habitual por usar este aceite.
Por lo tanto como conclusión me ha gustado mucho, lo seguiré usando. Eso sí no a diario ya que contiene en su composición siliconas que no son muy recomendables para usar a menudo.
Para controlar el cabello rebelde de en ocasiones puntuales, me parece ideal y a muy buen precio comparado con otras marcas.