Santa Pau, Gerona, está a unos 12 kilómetros de Olot. Es un bonito pueblo que vale la pena visitar. Nosotros paramos en este pueblo y nos lo pasamos muy bien con las niñas.
El casco urbano es pequeño. No me cansé nada de callejear por él subida a mis altos tacones. Mi marido quería ir a ver un volcán que hay cerca del pueblo aprovechando que te los dejan ver por dentro, pero yo me negué. Prefería pasar una tarde haciendo turismo gastronómico y de pequeñas compras. En este tipo de pueblos siempre encuentras alguna artesanía interesante para reglar.
Me sorprendió que hubiera tantos turistas en Santa Pau. Tuvimos que dejar el coche bastante lejos, después de los puentes que cruzan el río. Después nos fuimos a comer a un restaurante que se llama Cal Sastre, el cual no os recomiendo mucho porque tiene unos precios bastante subidos a las nubes.
Mi chico quería apuntarse a todo lo que hacían los turistas. Suele hacer lo que hace la multitud, cosa que yo detesto. Me dio mil ideas: desde un viaje en una especie de carroza destartalada por un parque natural de los alrededores de Santa Pau hasta un viaje en globo por toda la comarca. Ni loca me subiría yo a un globo. Sólo faltaba que dejara a mis hijas sin madre. Después de hacer algunas compras por el pueblo, fuimos hasta el volcán de Santa Marguerida. Queríamos ver si era cierto que tenía una capilla en la mismísima boca del volcán como nos había dicho uno de los camareros del restaurante donde habíamos comido. Así era. Flipé a colores. Mi marido hizo mil fotos. Aquello era como una aparición mariana.
Os recomiendo Santa Pau, Gerona, una localidad catalana que tiene hasta marquesado. La marquesa es Ágata Ruiz de la Prada. Un motivo más para ir a conocer este pequeño pueblo de la provincia de Girona.