El Casco Antiguo de Cáceres, Cáceres, es un casco histórico lleno de encanto que vale la pena visitar en familia y sin ser en familia también. Lo tienen muy bien cuidado. No me extraña que lo hayan proclamado patrimonio de la Humanidad.
Cáceres es una ciudad que tiene pinturas rupestres del Paleolítico, cerámica estupenda del Neolítico, losas con motivos guerreros de la Edad del Hierro, verracos vetones, restos de la romana Norba Caesarina, la muralla y los aljibes, las casas fuertes medievales y palacios renacentistas en los que te vienen ganas de irte a vivir con sólo verlos, la Concatedral,… Es una ciudad con mucha cultura.
Nosotros en nuestro paseo por Cáceres dejamos el coche en un parking que hay en la afueras del casco histórico, cerca de la plaza Mayor, e iniciamos la caminata con las niñas.
En la Plaza Mayor admiramos los edificios administrativos, entiéndase el Ayuntamiento, hoteles con encanto, edificios de viviendas de vecinos de diferentes épocas que conservan sus soportales riginarios del siglo XVI y edificios religiosos , como la recoleta ermita de la Paz. Mi marido le sacó fotos a las niñas delante del tramo visible de la muralla donde se asienta la torre de Bujaco, a la que pudimos acceder a través del arco barroco de la Estrella.
En el el Arco de la Estrella, había una placa conmemorativa que indica que allí mismo los Reyes Católicos, primero Isabel en 1477 y después Fernando en 1479, juraron los Fueros y privilegios. Mi marido se lo explico a las niñas y casi las duerme. Las dos salieron a mí. Les gusta el turismo de compras, no el de monumentos.
Encima cuando llegamos a la plaza de Santa María casi morimos las tres al ver tantas cigüeñas. Mi marido se partía de risa. A mí no me hacía ninguna gracia tanto bicho volador. Acabe dentro de la oficina de Información Turística no por preguntar sino por esconderme de tanto pajarraco. La chica de información me contaba las maravillas de Cáceres y yo no me podía sacar de la cabeza los bichos raro que volaban por allí encima.
Mi marido consiguió convencerme para que fuéramos al Palacio de Carvajal que está allí mismo. Fue donde acabó nuestra visita. Miramos una maqueta antigua de la ciudad y nos fuimos.