Es un lujo poder cenar en un restaurante con vistas a la mezquita de Córdoba. Tal es el caso del Restaurante Caballo Rojo, Córdoba, un restaurante donde cenamos hace unos días con unos amigos.
Me encantó el local. Tiene una decoración muy años 50 del pasado siglo XX. Parece que estás en una película.
También son de película sus platos exquisitos, desde la lubina a la pimienta que me zampé yo hasta las croquetas que pedimos todos o el salmorejo, una de las especialidades de este restaurante cordobés.
Nosotros ya habíamos estado en otra ocasión. La vez anterior nos habían servido un bacalao con aroma de canela que estaba que te chupabas los dedos. Lo mismo puedo decir de la tarta que nos pusieron con unos vinos dulces.
En este restaurante tienen unos vinos de reserva de las bodegas Yllera que están muy buenos. Son de los mejores Ribera del Duero que he probado. La desventaja es su precio, pero en el Caballo Rojo no hay nada barato: ni vinos ni comidas. Casi llama la atención de que esté siempre hasta los topes. Como no hagas reserva no encuentras mesa libre.
Los camareros son muy amables. Te atienden pronto y te cobran más rápido que en otros restaurantes. Casi parece que tuvieran miedo de que les marcharas sin pagar. No era para menos teniendo en cuenta que la última cena nos salió en unos 90 euros largos por cabeza. Por ese dinero en mi casa se come marisco, cosa que en este restaurante no nos sirvieron.