La Chica del Tren de Paula Hawkins es un éxito en ventas que ha llegado a mis manos por eso de que es una novela que está leyendo todo el mundo y ha despertado mi curiosidad.
Una vez que la he leído puedo deciros que no es para tanto. He leído novelas de suspense más interesantes que esta novela que lleva más de seis millones de copias vendidas.
La protagonista se llama Rachel, una joven que toma el mismo tren todas las mañanas. Un día ve a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce porque le da por ahí y se inventa sus nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya, que es un desastre. Pero un día ve algo raro. Sucede muy deprisa, pero es suficiente para que su imaginación vuele más. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree que son? ¿Y si nada es lo que parece en esa escena tan cotidiana como desayunar en la terraza a las ocho de la mañana?... Ahí empieza lo interesante de la novela y lo que ha enganchado a millones de lectores a un argumento del montón que va girando hacia lo imprevisible.
La novela está narrada por las tres protagonistas femeninas: Rachel, Megan y Anna. Estas tres versiones le dan interés, sobre todo cuando hay alguna protagonista que te gusta menos.
La gran ventaja de esta novela es que acabas sospechando de todos los protagonistas. Nada es lo que parece. Las vidas ocultas siempre enganchan. Yo en algún momento no me creía ni que una mujer hubiera desaparecido.