El Intur Palacio San Martín es un hotel cuatro estrellas en el centro de Madrid que tiene unas habitaciones mejores que otras, pero que, en general, está bastante bien. Yo me esperaba encontrar unos interiores mucho peores al ver que el edificio no es nada nuevo.
A nosotros nos tenían reservada una habitación grande con suelo de moqueta. Nos la cambiaron por otra más pequeña con suelos de tarima porque a mí aquella moqueta roja gastada me ponía de los nervios. Preferí tener menos espacio y tener una habitación más actual y también más luminosa.
La cama era cómoda, aunque no era tan grande como la de la primera habitación. Tenía un cabecero de piel o algo que se le parecía al cuero demasiado grande para mi gusto. a ambos lados de la cama había dos mesillas de noche que no eran más que dos cubos de madera que parecían salidos del Ikea. Eran blancas y hacían juego con la colcha de la cama, con el color blanco de las paredes y con el estor blanco que hacía las veces de persiana y de cortina.
Lo que no me gustó nada fue el buffet del desayuno. Pusieron la comida muy tasada. La fruta parecía contada, la bollería industrial igual, los zumos de cartón no daban para mucho beber. Salías con hambre.
Lo que más me gustó del hotel fue el patio interior. Era muy tranquilo y tenía unas mesas y unas sillas muy cómodas. Bueno, el hotel entero es tranquilo. No es nada ruidoso pese a estar ubicado en el centro de Madrid, a un paso de todo lo que merece la pena visitar en la capital de esta España nuestra.
Os lo recomiendo. El Intur Palacio San Martin está en la Plaza San Martín. Quitando alguna habitación más moderna, en todas las estancias del hotel predomina la decoración clásica, pero cuidada. Tienen algún armario antiguo en alguna habitación que parece sacado de un anticuario. También es antiguo el ascensor. Mis hijas se morían de miedo porque no están acostumbradas a esos ascensores de antes que suben por el medio de las escaleras y lo ves todo.