El Hotel Penarronda Playa no es más que una casa rural a pie de playa en Asturias. Yo estuve hace unos meses con mi chico y nos encantó. fue una pena que el tiempo no permitiera bajar a la playa. Había un oleaje que llegaba a la casa. Las olas rompían justo debajo de la ventana de nuestra habitación.
No puedo decir que me gustara ni que no me gustara. Es tranquila, está en plena naturaleza, pero la han restaurado de una manera tan rural que te hace volver al pasado. Sólo los cuartos de baño modernos que tienen te quitan de la antigüedad. Me gustó mucho la bañera de hidromasaje que había en el cuarto de baño de nuestra habitación. Todo estaba muy nuevo. Parecía recién estrenado.
La habitación no era nada luminosa. Tenía parte de las paredes en piedra sin tapar. Esto no me gusta mucho. Tampoco me gustan los techos de madera.
En el antiguo pajar estaban la cafetería y restaurante. No notabas que hubiera sido un pajar si no te lo decían. parecía una estancia más de la casa, no un sitio donde en el pasado se hubiera guardado la paja que le daban al ganado.
No es un alojamiento recomendable para una persona que quiera ir de compras. Poco puedes comprar en el pueblecito tranquilo donde se ubica. A no ser que le compres cosecha a los lugareños. Es un pequeño pueblo sin tiendas ni cafeterías salvo la propia del hotel rural.
La única ventaja que le encuentro a este hotel rural es que en sólo tres o cuatro minutos de caminata a una playa de entorno protegido y que está declarada Monumento Natural. Cuando fuimos nosotros nos encontramos con varios ciervos. Mi chico quería hacerles fotos, pero yo no le deje. No fueran a atacarnos. También vimos a lo lejos unos jabalíes que parecían hambrientos.
Nos aburrimos bastante. Al segundo día ya estábamos por Ribadeo, Tapia de Casariego y Castropol haciendo compras. Yo soy una turista de tiendas. No hay nada que me guste más que adelgazarle la tarjeta del banco a mi marido.