El Hotel Parador, Vilalba, es un establecimiento hotelero de cuatro estrellas que está muy bien para pasar unos días en una zona tranquila de Galicia. Mi chico y yo pasamos un fin de semana muy placentero entre muebles antiguos y decoración de otros tiempos. Fuimos sin las niñas. Todo un acierto por nuestra parte. Mis hijas son más de vacaciones de sol y playa que de vacaciones tranquilas.
Nos dieron una habitación amplia, con una gran cama de matrimonio bastante confortable. Estaba decorada en tonos marrones y naranjas. La colcha hacía juego con los cortinones de un semidosel de la cama. Nuestra habitación era de las más grandes.
El personal del Hotel Parador, Vilalba, fue muy amable con nosotros. Tuvimos un problema con el televisor y lo solucionaron enseguida. Son muy profesionales. Tenían el Parador limpio como los chorros del oro. Los suelos de la habitación eran de tarima de madera y se veían impolutos. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño.
La desventaja que le encontré a este Parador fue su restaurante. Sólo nos quedamos a comer el primer día, la comida del día siguiente y las dos cenas las hicimos fuera. Valió la pena. En el Restaurante del Parador no hay mucho donde elegir y los platos son poco más que tapas. A mí me gusta la comida abundante. También tengo quejas del desayuno. Los zumos, por ejemplo, te los servían con una jarra, pero no eran zumos naturales sino de cartón. La bollería era industrial y los fiambres estaban contados. De la fruta mejor no hablo porque la encontré muy madura para mi gusto.
En todo caso, os recomiendo el Hotel Parador, Vilalba. Es muy señorial. Te sientes como en un Palacio de otros tiempos. Esto es lo que más me gusta de los paradores: te dan la oportunidad de disfrutar edificios que nunca podrías comprar. A quien no le recomiendo este Parador es a una persona que guste de vacaciones movidas. Este parador es demasiado tranquilo.