Mi muñeca favorita es la Barbie. Sigo comprando Barbies ahora que soy madre de dos niñas que no les hacen mucho caso a mi muñeca. Por eso no me he perdido Barbie, más allá de la muñeca, una exposición de la fundación Canal Isabel II que tiene más de cuatrocientas Barbies en un recorrido muy completo por la historia de este icono de setenta años.
Quedé enamorada de la Barbie astronauta. Ya le dije a mi marido que tiene que conseguírmela cueste lo que cueste si no quiere un divorcio. En la exposición hay muchísimas Barbies. Hay Barbies para todos los gustos. Yo recordé mis viejas Barbies y no pude evitar comparar las muñecas más antiguas con la Barbie de este 2017. Viéndolas juntas notas más las diferencias.
Mi madre siempre me contaba que Barbie era el deseo de Bárbara, de la hija de los dueños de Mattel, que quería tener una muñeca adulta, cansada de tanta muñeca bebé como había en su época. Yo tenía los mismos gustos. Las muñecas bebés no me gustaban porque lloraban, se suponía que tenías que hacerles mimitos y tonterías de esas. Yo quería una muñeca que me hiciera soñar con mi futuro feliz. Esa muñeca era la Barbie.
Llevé a mis hijas conmigo a la exposición. Pudieron ver in situ como han ido cambiando los materiales con los que fabrican la muñeca, como ha cambiado su cuerpo, su estilismo. Barbie ha sabido adaptarse a la sensibilidad de cada momento. También vemos Barbies Cleopatra, Barbies vestidas por los diseñadores más famosos, Barbies con todas las profesiones imaginables en plan chic... Vemos el mundo Barbie. Por eso os recomiendo esta exposición.
Yo pienso volver porque me encantó. Mi marido me dice que no vaya porque ya tiene bastante con buscarme la Barbie astronauta para mi colección. Creo que tendrá que encontrarme alguna más.