Estoy totalmente decepcionada con los Rascas de la ONCE. Yo conocía la lotería de rascar y ganar inmediatamente de EEUU, pero estos rascas de la ONCE no tienen nada que ver con los rascas que comercializan en Estados Unidos y en Canadá con mucho éxito. Los rascas de la ONCE son un rascatimo. Te arruinas rascando cartones que no tienen premio.
Hay vendedores que te pueden dar algo de premio en plan poquito. Por supuesto olvídate de diez euros, veinte y mucho menos los cien euros y ni te hablo de los 3000 euros que dicen que pueden tocar con los rascas de 50 céntimos. Sólo te dan reintegros o premios que tengan cincuenta céntimos más de lo que has gastado. Los otros premios deben quedar con ellos, si es que hay cartones con los premios que indican en la parte posterior del boleto. Yo ya lo dudo después de contrastar opiniones con amigas que se hicieron casi adictas a este juego porque, igual que yo, lo conocían de Estados Unidos.
No os recomiendo estos rascatimos. Es como tirar el dinero, o como dar limosnas. Prefiero ir al Casino y jugar a las tragaperras. En las máquinas tragaperras ves que hay gente que llevan puñados de monedas cuando les toca, pero en los rascatimos de la ONCE sólo te llevas el timo. Es un juego redondo para ellos.
No estaría mal que los cambiaran. Deberían dar premios porque como que no nos creemos que sean rascas de verdad. Si hay vendedores que se quedan con los cartones con premio, están haciendo un daño para ellos mismos. Algo así han hecho con los cupones. Mi madre siempre me comenta que ve a algunos vendedores en el banco donde trabaja cobrando premios. Mucha casualidad creo yo.
También sería de agradecer que cambiaran su diseño. Tienen unos colores llamativos que enganchan al jugador. Se supone que no debemos incitar al juego, y menos cuando es un rascatimo. Los colores de los rascas de cincuenta céntimos recuerdan al colorido llamativo de las tragaperras.