El Hotel Feria en Valladolid está situado junto al centro de exposiciones de Castilla y León, a unos quinientos metros de la Plaza Mayor de esta preciosa ciudad castellana. Tiene una ubicación tan céntrica que no necesitas recurrir al transporte ni público ni privado para ir hasta los sitios de mayor interés turístico.
Yo me alojé en este hotel. Iba con mi marido y nos dieron una habitación con aire acondicionado, conexión Wi Fi gratuita y minibar con agua mineral gratuita. Todo un detalle no cobrar el agua mineral. En otros hoteles te la cobran. Me ahorraron bajar a un supermercado a comprarla. Es lo que hago cuando el agua del minibar es de pago.
La habitación no era inmensa, pero estuvimos cómodos. La cama tampoco era grande. Había dos lamparillas a ambos lados de la cama que daban más luz que el foco del techo. A mi marido le gustó mucho un sillón estilo Ikea que parecía más un sillón de sentarse para calzarse que para ver la televisión.
Me gustó el desayuno. Era un desayuno continental muy completo. Mi marido se quejaba porque los zumos no eran naturales. A mí como que me da igual. Si se trata de beber un zumo de naranja, lo prefiero de cartón. La bollería era industrial, pero sabrosa. Cogías un bollo y se te iba la mano por el siguiente. Los yogures también estaban ricos. La fruta ni la probé. Pelar por la mañana manzanas no es lo mio.
Os recomiendo este hotel. Es un hotel que está bien insonorizado y que es tranquilo. También destacaría su buena calefacción. No pasamos frío. En la calle titiritabas. Valladolid en otoño es una ciudad con bajas temperaturas.
Yo volvería a este hotel. Mi marido, en cambio, no quedó muy contento. Yo creo que no estaba a gusto porque se trata de un hotel de tres estrellas y mi santo no quiere alojamientos de menos de cuatro estrellas. Es muy señorito.