No hace falta ir muy lejos para encontrar un hotel exótico como el Le Royal Hammamet Hotel que está en Túnez, en una ciudad famosa por sus aguas medicinales. Yo fui con mi suegra y con mi marido y también llevamos a las niñas. Lo pasamos de cine porque aquello era el paraíso terrenal. Mue hubiera quedado a vivir allí.
Es un hotel caro, eso sí. Sólo pudimos alquilar dos habitaciones sencillas. Esto quiere decir con el espacio justo. Fue una pena no tener una habitación más amplia. Aún así quedé contenta porque teníamos una terraza estupenda, con vistas al mar y al jardín del hotel, un jardín salpicado de palmeras cual oasis mediterráneo.
La piscina del hotel era maravillosa: grande, con forma redonda y un cambiador que parecía un palacete. Aquello hay que verlo porque por mucho que te cuente cuento poco. Es tal cual el paraíso.
No debes perderte tampoco la ciudad de Hammamet a tan solo 60 kilómetros de la capital. Es donde está el hotel, en esta maravillosa ciudad conocida tradicionalmente por sus aguas curativas y por ser un destino turístico exótico al que van muchos europeos.
Nosotros nos lo pasamos muy bien. Mi suegra casi no salió del hotel porque se apuntó a todos los tratamientos medicinales que te proporcionan en el hotel. Las atenciones de este hotel cinco estrellas son exquisitas. Los empleados siempre te atienden con una sonrisa. Son muy agradecidos. Mientras mi suegra se relajaba con los masajes me fui con las niñas y con mi santo a disfrutar las espectaculares playas de arena blanca se unen para ofrecer al visitante una experiencia inolvidable en la zona de Yasmine Hammamet, parte oriental de la ciudad.
Os recomiendo este hotel. Entre otros servicios, el hotel cuenta con zona de playa privada a la que sólo van los huéspedes, amplias instalaciones deportivas, cuatro piscinas entre las que se encuentra la grande, la de formas redondeadas y el estupendo spa donde quedas nueva. Este hotel merece sus cinco estrellas.