Mi suegra siempre compra para la merienda de sus nietas y nietos el Queso barra gallego HOXE. Lo compra porque tiene un precio razonable, es decir, es de los quesos baratos que encuentras en las charcuterías y porque es de Galicia. Últimamente a la madre de mi marido le da por comprar según de donde sean los productos. Manías suyas.
Pues bien, no es el mejor queso. Para mí estómago, por ejemplo, es bastante fuerte. Con dos lonchas en un trozo de pan tengo queso de sobra. Mi suegra en cambio, es capaz de comerse cien gramos de queso o ciento cincuenta ella sola en una merienda. Es una mujer sin límites.
La única ventaja que le encuentro es que sabe bastante a leche de vaca. Hay otros quesos de barra, sobre todo los de importación, que parecen salidos de un laboratorio. Este queso sabe a leche de verdad, pero tiene un toque dulce que no me acaba de convencer. Es como si le echaran azúcar para hacerlo más atractivo para los paladares.
Mi suegra compra la pieza entera. Son piezas de tres kilos que puedes lonchear en tu casa si tienes una máquina como las de las charcuterías. En mi casa tenemos una máquina cortafiambres pequeña. Yo siempre lo corto en lochas finitas. Gana más en sabor recién cortado que si lo traes de la charcutería loncheado y lo metes en la nevera. Me gustan los quesos y también los fiambres recién cortados. Es cuando tienen mejor sabor.
Mi suegra lo utiliza sólo para hacer bocadillos. Yo he probado para ponerlo en la pizza y me ha sorprendido gratamente: funde de maravilla. Por eso os lo recomiendo para preparar pizzas en casa.
De precio, como os he dicho, no está nada mal. Te venden el kilo a 5,99 euros. El queso se está convirtiendo en lo más barato que hay en las charcuterías para hacer un bocadillo. El precio de los fiambres cárnicos está por las nubes.