Mis hijas se lo pasaron de cine en la Casa Rural El Camino Real, ubicada en un pueblecito perdido en la provincia de Segovia. Mi marido no lo quería creer. Yo creo que estuvieron tan contentas porque las habitaciones de esta casa rural son muy infantiles en su decoración colorida. Yo me quedé con la rosa Barby para horror de mi marido. Mis hijas eligieron una verde marujita que era como de cuento de niñas.
Mi habitación me hizo sentir niña. Tenía los techos abuhardillados y había una ventana que me enseñó la luna toda la noche. Una pasada. Esta casona palacio del siglo XVII cuenta con 13 habitaciones pintadas de colores fucsia, amarillo, azul, blanco, verde oliva, verde marujita... Son habitaciones con una decoración muy conjuntada.
La nuestra tenía las moquetas del suelo muy limpias, un vistoso edredón rosa, vigas de madera en el techo pintado de color blanco. Mi única queja fue que en los cuartos de baño casi no había jabones. Acabé utilizando de jabón de manos el gel que había llevado para ducharme.
Mi marido fue a ver el salón de reuniones y subió horrorizado. Estaba pintado de colores tan coloridos como los de las habitaciones. Los pasillos también tenían colores infantiles chillones y no os voy a hablar del extravagante comedor porque me parto de risa con sólo recordar la cara de mi esposo mientras comíamos. No era lo suyo. En cambio, yo y las niñas estábamos en nuestra salsa. Creo que volveré si consigo convencer a mi santo para pasar otro fin de semana entre decoraciones dignas de un universo Barby.
Os recomiendo la Casa Rural El Camino Real por su decoración. Se sale de la decoración habitual en las casas rurales clásicas. Es una pena que la fachada de la casona no la pinten de rosa muñeca. Deberían atreverse para que la casa fuera más total.