No me acaba de gustar la botella de la Agua Fontecelta Quality. Es una botella rarita a la que le estoy cogiendo manía. La sigo comprando porque es una agua que le gusta mucho a mi chico. A los maridos hay que tenerlos contentos. Por eso sigue siendo una agua habitual de mi cesta de la compra. Si hiciera caso a lo que detesto su envase, no la compraría.
La botella es con forma de botella de vino y acaba en un cuello estilizado coronado por un tapón que parece levantarse como un sombrero. Es odiosa. La etiqueta pone el nombre de la marca, un escudo, la enseña quality para que no te olvides de que tienes en tus manos una botella con agua de calidad y han escrito también el año 1903. Muchos años llevan estos de Fontecelta embotellando agua. Tienen a bien recordarnos lo mucho que han trabajado para los clientes.
No es de las aguas baratitas. Cuesta la botella 57 céntimos. Tampoco es de las aguas más caras. Pero yo no pagaría por esta botella más que lo que pago por una agua de marca blanca. No encuentro en su sabor una diferencia que justifique el mayor precio. Mi marido dice que no la aprecio porque no me gusta su botella. Puede ser. Pero no. Un día la sirvió en una jarra sin decirme qué agua era y la reconocí como Agua Fontecelta Quality. Y os aseguro que su sabor no me merecía un mayor precio.
Ni la recomiendo ni la dejo de recomendar. Para gustos colores y para gustos aguas minerales. Yo aprecio mucho las aguas de distribuidor. Igual son de Fontecelta algunas, pero me gusta su sabor a agua de fuente.
La semana pasada compré la Agua Fontecelta Quality con oferta. Tenía un descuento de un cincuenta por ciento en la segunda unidad. Aproveché para llevarle a mi amor cuatro botellas. Pronto las acaba él solo. A las niñas les pasa como a mí: no les gusta la Agua Fontecelta Quality.