"Maggie ve la luz" continua la saga iniciada con "Rachel se va de viaje" por la misma autora.
En esta nueva entrega Marian Keyes nos cuenta los problemas matrimoniales de Maggie y Garv. Maggie lo deja cuando su marido le comenta lo buenas que estaban unas trufas que saboreó al lado de otra señora.
Dejar a su marido no le da la felicidad. Vendrán problemas en el trabajo y finalmente el despido del despacho de abogados. Maggie acaba en la casa de sus padres. Menos mal que aparece Emily para sacarla de su crisis vital con una invitación a pasar una temporada con ella en Los Ángeles.
La novela te engancha más si has leído previamente "Rachel se va de viaje" y "Sushi para principiantes". Las sagas familiares enganchan mucho.
La autora vuelve a recurrir a los diálogos sencillos y las situaciones hilarantes, aunque no tanto como en las anteriores entregas. En esto me decepcionó un poco. Me esperaba una novela con mayor dosis de humor.
En todo caso, lees el libro de un tirón. No es que sea una lectura sesuda, pero vale para pasar una tarde o muchas tardes evadida de tu realidad.
Keyes sabe engancharte. Cuando estás a punto de aparcar la novela en un cajón, lleva el argumento a Los Ángeles y te empieza a interesar el glamour que percibes en la narración. Hace que desees ser una de esas mujeres cuya mayor preocupación es su aspecto físico. La misma portada de la novela, esos pies con las uñas pintadas de rojo, combinan muy bien con esta parte de la novela.