La saga de las brujas no es mi favorita dentro de la serie de novelas del Mundodisco que Terry Pratchett lleva publicando con enorme éxito desde 1983. Esto es debido a la frecuencia con que el autor echa mano de referencias shakespearianas para elaborar los recursos humorísticos de esos trabajos.
En términos generales, cuanto más libre de la influencia de las obras de El Bardo de Avon esté una novela de la saga de las brujas, mayor es la probabilidad de que me sienta entusiasmado con ella.
De los libros que llevo leídos hasta ahora, los tres títulos que, en mi opinión, menos tienen que ver con Shakespeare son Mascarada, Brujas de Viaje y Carpe Jugulum. Así que no es de extrañar que esas sean mis novelas preferidas de esta particular saga, precisamente por ese orden. Pero antes de explicar los puntos positivos que le veo a esta novela, permitidme exponer brevemente algunas pinceladas de su argumento, más que nada para que tengáis claro de qué estamos hablando.
En la región de Lancre, una bruja llamada Desiderata Cavidad acaba de morir. Lo malo es que su ausencia no repercutirá solamente en que, de repente, los aldeanos se vean privados de un ungüento para combatir el catarro o de las bendiciones necesarias para que los terneros nazcan sanos y fuertes, sino que también provocará un desequilibrio de poder en el lejano país de Genua, ya que Desiderata Cavidad era el hada madrina buena que se oponía a Lilith de Tempscire, el hada madrina mala empeñada en que su protegida, la joven Enta Sábado, contraiga de una vez matrimonio con el príncipe.
Así que Yaya Ceravieja, Tata Ogg y Magrat Ajostiernos (la nueva portadora de la varita mágica) no tienen más remedio que hacer un viaje por el extranjero hasta Genua (una especie de Nueva Orleáns) para echar por tierra los planes de la malvada Lilith.
Este libro, la tercera novela de las brujas después de Ritos Iguales y Brujerías, se me antoja un trabajo crucial dentro de la saga. Si en Brujerías el autor británico creaba el trío de personajes principales después de la presentación de Yaya Ceravieja en Ritos Iguales, durante la novela que nos ocupa Terry Pratchett definió abiertamente el tipo de temas serios que latirían por debajo de la superficie hilarante de los relatos que tuvieran a las brujas como protagonistas.
En pocas palabras, las ideas que vertebrarán tanto este título como los posteriores de la saga consisten en que los seres humanos que constituyen la sociedad moderna parecen haberse dejado el sentido común, el espíritu crítico y la capacidad para actuar y cambiar las cosas por el camino.
Nos hemos acomodado tanto en las vidas que llevamos (con independencia de lo rastreras o ventajosas que éstas sean) que hemos quedado inermes ante las dificultades que se nos presentan. Cuando tenemos un problema, todo lo más que hacemos es suspirar y decirnos a nosotros mismos: “¡Si alguien me tocara con una varita y me quitara de encima este lío!”. Esta fragilidad de conciencia parece combinarse con una suerte de infeliz visión positiva acerca del futuro que parece sacada directamente de los miles de cuentos de hadas que llevamos escuchando desde niños. Tranquilidad, nos repetimos una y otra vez, si sigo siendo una buena persona que jamás hace ruido ni se queja por nada, tarde o temprano, aparecerá la oportunidad de mi vida.
Sí, claro, seguro que cualquier día se presentará un príncipe a la puerta de casa insistiendo en que nos probemos un zapato de cristal. Como en Cenicienta, ¿no?
Además de este mensaje de autoafirmación y librepensamiento, Brujas de Viaje cuenta con el valor añadido de ser una narración tremendamente divertida. A lo largo de sus más de trescientas páginas, nos tropezaremos con parodias de varios cuentos populares y relatos famosos como Cenicienta, El Mago de Oz, Rampunzel o El Señor de los Anillos.
Especialmente memorables resultan las ocasiones en que Tata Ogg se empeña en cantar la obscena canción del puercoespín o la timba de cartas en que se ve involucrada Yaya Ceravieja durante el viaje.
En resumen, Brujas de Viaje no sólo satisfará a los fans del Mundodisco sino que también servirá para que los neófitos en el tema comprendan por qué Terry Pratchett continúa siendo uno de los autores de fantasía vivos más vendidos en el Reino Unido. Totalmente recomendable.