John Boyne escribió má un libro para mayores que para niños. Me parece una hisotira demasiado dura para dejársela leer a un niño. Un adolescente, al que le empiezan a contar algo de Historia reciente en el colegio o instituto, puede que entienda un poquito la trama del libro.
El argumento se puede resumir diciendo que se trata de la historia de dos amigos que se conocen en un campo de concentración nazi. Uno es un niño con pijama de rayas porque está encarcelado con su familia a un lado de la valla de alambre de espinos y del ortro lado está Bruno, el niño protagonsita, el hijo de un nazi que trabaja como comandante de las asesinas SS del Tercer Reich.
Bruno ve el campo de concentración con su inocencia de niño. Al principio piensa que se trata de gentes que trabajan en una especie de granja donde su padre es uno de los jefes.
Bruno tiene padres, como he dicho, y también una hermana mayor, ya adolescente, y unos abuelos que aparecen en la primera parte del libro. Los abuelos están orgullosos de su hijo comandante, aunque la abuela ya empieza a mostrarse en contra del "trabajo" que está haciendo su vástago. La mujer, en cambio, no dice nada. Ha sido educada para esposa sumisa. Acepta el "trabajo" del esposo como lo aceptaría si fuera ferroviario.
Shmuel, el niño judío, y Bruno se hacen amigos. Bruno nos narra sus peripecias en el libro en primera persona. Enganchan mucho los libros narrados en primera persona y más si es un niño el narrador. He aquí una de las claves del éxito de este libro en las listas de libros más vendidos. Otro factor clave para haber tenido tan buenos resultados de ventas es que el niño narrador sea alemán. Generalmente las novelas nos ponen a los buenos de protagonistas principales. No es que Bruno sea malo. En absoluto. Bruno es un niño alemán totalmente ajeno a los que pasa a su alrededor.
Su hermana, en cambio, se enamora del teniente Kohler, un hombre que hace visitas frecuentes a la casa de los padres en el campo de concentración.
Pero Bruno es rebelde, observador, inquieto, hace preguntas, se cae del columpio, es curado por el doctor judío Pavel,...
Así vamos llegando al final de la novela. Un final rompedor, no previsible, que te pone los pelos de punta. Y duro, muy duro. Por eso os dije que no me parece un libro adecuado para que lo lea un niño.
También quiero destacar la portada. Marketing presente en esa portada a rayas azules. Es un libro que destaca enntre otros libros. Se hace notar en el escaparate de la librería.
Os lo recomiendo.
Se lee de un tirón y no te deja indiferente.
"El niño del pijama a rayas" ha convertido al escritor irlandés John Boyne en un nombre a tener en cuenta.