Esta es la tercera novela de la saga Crepúsculo. Para mí es la mejor de las cuatro, aunque también hay que tener en cuenta que es la primera de la que no he visto la película, con lo que el factor sorpresa es un punto muy a favor de esa clasificación. Por tanto, puede que no sea objetiva. Quizá si no hubiera visto ninguna película me gustaría más Luna Nueva (la segunda parte) pero esta no se queda a la zaga.
Eclipse conserva el mismo estilo narrativo de las anteriores novelas, con sus fallos y sus aciertos. Con fallos me refiero a que la autora no escribe demasiado bien, es repetitiva en sus expresiones, sobre todo cuando se refiere a los sentimientos entre Bella y Edward o entre Bella y Jacob. A veces parece que ha hecho un cortar y pegar.
Sin embargo, los aciertos superan con creces los fallos y es que la historia de este libro engancha todavía más, si cabe, que la de los dos anteriores.
Esa historia se centra en el triángulo amoroso que forman Bella, Edward y Jacob y, aunque ella tiene claro que a quien quiere es a Edward, tampoco puede separarse de Jacob, al que considera su mejor amigo, aunque el desea algo más.
La trama de fondo vuelve a ser el imán para los problemas que tiene Bella y que se traduce en un ejército de neófitos que están haciendo un pequeña carnicería en Seattle. Los Cullen deciden enfrentarse a ellos para poner fin a la matanza y, contra todo pronóstico, vampiros y hombres lobos deciden colaborar para conseguirlo.
En algún lugar leí que todos los libros de esta saga están basados en grandes obras de la literatura. En este caso la equivalencia la hacen con Cumbres Borrascosas por el claro triángulo que hay entre Edward, Bella y Jacob. Tanto me ha gustado este libro que he ido a la biblioteca a coger el otro.
Aunque la autora procura dar explicaciones para que el libro pueda ser leído de manera independiente, recomiendo que os leáis los dos anteriores previamente. De ese modo disfrutaréis al máximo las casi 700 páginas de esta novela.