Grisham es un escritor que nos tiene acostumbrados a novelas sobre temas judiciales, pero en "la granja", cambia las togas por la sociedad que conoció en primera persona durante su infancia en Arkansas.
Así de la mano del protagonista de la novela, Luke, un niño que vive con sus padres y abuelos en una granja en declive, vamos conociendo una serie de personajes secundarios que retratan la sociedad americana rural de los años 50.
La granja es una casa de madera sin pintar que carece de todo tipo de comodidades. A su lado está el huerto que cultiva la madre de Luke. Estos cultivos que acaban en botes de conservas garantizan la manutención de la familia, sobre todo los años en los que la cosecha de algodón se echa a perder por el mal tiempo.
Los momentos de ocio de la familia se reducen al domingo, día en que se acercan al pueblo para ir a misa y comprar alguna cosa en la tienda.
Los demás días trabajan de sol a sol en los campos de algodón cuando toca recoger o plantar la cosecha. Luke nos narra la última recogida de algodón. Tienen que contratar mexicanos porque los estadounidenses pobres han mejorado bastante su nivel de vida y ya no bajan desde las montañas a recoger el algodón por poco dinero. Son más baratos los mexicanos y también son peor tratados. La madre de Luke hace lo posible porque reciban un trato más humano en su granja.
Pero la convivencia no es fácil. Pronto surgen conflictos entre población autóctona y población inmigrante. Luke es testigo de la muerte de un hombre en una pelea. Este hecho le da algo de intriga a una novela costumbrista que se te hace lenta en algunos capítulos. Sólo la salva la simpatía que pronto sientes hacia este niño de siete años, curioso como todos los niños, cuya máxima aspiración es en este momento ahorrar dinero para comprar una elástica de su equipo de béisbol favorito.
El final te deja un sabor agridulce. Se van porque la cosecha se ha echado a perder. Pero peor es la situación de sus vecinos, los de la hija embarazada del tío bala perdida de Luke. Peor es la situación de los inmigrantes mexicanos. Además la madre de Luke siempre soñó con marcharse de la granja, no quería un hijo granjero.
Es una novela que me leí de un tiró pese a su ritmo algo lento. No tiene nada que ver con otros libros del mismo autor.