En Siete Almas, Will Smith encarna a Ben Thomas, un ingeniero que sufrió una distracción al volante que ocasionó un accidente en el que murieron su mujer y otras seis personas. Desde el accidente, busca su redención ayudando a personas en apuros.
Haciéndose pasar por recaudador de impuestos, busca información sobre siete hombres y mujeres: la principal es una artista gráfica llamada Emily Posa (Rosario Dawson) que sufre una grave cardiopatía. De ella se enamora Ben y sobre esta relación se van imbricando el resto de los casos: un pianista ciego que necesita un transplante de córnea (Woody Harrelson); un chaval que requiere una donación de médula ósea; un médico enfermo ahogado por las deudas; una mejicana maltratada que necesita refugiarse en una nueva casa...
Will Smith, "el rey de la taquilla", se ha embarcado en los últimos tiempos en proyectos "de prestigio", papeles dramáticos en películas serias que le permiten el lucimiento a nivel interpretativo.
Siete Almas toca de lleno el tema de la redención, mil veces tratado en el cine, aunque en esta ocasión se prescinde de connotaciones cristianas explícitas.
Mucho mejor la primera mitad de la película, en la que el espectador debe ir construyendo su propio puzzle. La segunda mitad de alarga demasiado y en definitiva, creo que se podría haber sacado mucho más jugo de la historia. Tampoco me parece que Will Smith, que parece haber pasado por chapa y pintura para la ocasión, sea el actor más adecuado para interpretar a un personaje así, a pesar de que el resto del reparto es sólido y convincente. Y es que, el principal problema con el ex Príncipe de Bel Aire es que hasta los mayores dramones como En busca de la felicidad, los acaramela en exceso.
Lástima que a una historia que podría haber sido emocionante, le sobre azúcar y le falte trascendencia.